Seúl.
El líder norcoreano, Kim Jong-un, ordenó a sus tropas que estén listas este viernes para el combate en la frontera de la península dividida, donde las tensiones se amplifican tras un inusual intercambio de tiros de artillería entre ambas Coreas.
Las fuerzas surcoreanas ya estaban en estado de alerta máxima tras el ultimátum lanzado este jueves por Pyongyang: Seúl tiene 48 horas para cesar su guerra de propaganda en la frontera o se expondrá a operaciones militares concertadas por parte de Corea del Norte.
La poderosa Comisión Central Militar (CCM) de Corea del Norte, presidida por Kim Jong-un, avaló este jueves este ultimátum y proyectos de "ataques de represalias y contraataque a lo largo de toda la frontera".
Según la agencia oficial norcoreana KCNA, el número uno del régimen comunista ordenó que las unidades del Ejército Popular Coreano (EPC) destacadas en la frontera intercoreana fuertemente militariza estén "en estado de guerra" este viernes.
Estas tropas deberán estar "plenamente listas para el combate y para lanzar operaciones sorpresa", y toda la línea del frente debe encontrarse en un "semiestado de guerra", decretó Kim Jong-un, citado por KCNA.
Los jefes de Estado Mayor de Corea del Sur replicaron dirigiéndose directamente al EPC para instarle a abstener de "todo acto irreflexivo" y advertir de que no se quedar de brazos cruzados en caso de nueva provocación.
Advertencia. No es la primera vez que Corea del Norte hace este tipo de anuncio en momentos de tensión. La última fue en 2013 cuando el joven dirigente norcoreano declaró el "estado de guerra" con el Sur.
Los dos países siguen técnicamente en guerra porque la contienda de Corea acabó con un simple alto el fuego, no un armisticio.
"Ya hemos visto esto en varias ocasiones, lo cual no quiere decir que no sea peligroso", comentó Yoo Ho-seo, profesor de estudios norcoreanos en la Universidad Coreana de Seúl. "Existe una verdadera posibilidad de que esta confrontación conduzca a una especie de enfrentamiento armado".
El ultimátum, que expira el sábado, fue rechazado por el titular surcoreano de Defensa.
Los altavoces surcoreanos seguirán difundiendo a todo volumen mensajes de propaganda en la frontera, dijo un portavoz.
Seúl acusa a Pyongyang de haber provocado el tiroteo del jueves dispararon varios obuses en dirección a uno de los altavoces fronterizos. Seúl replicó tirando "decenas" de obuses de artillería de 155 mm.
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La práctica totalidad de los proyectiles disparados por ambos bandos se estrellaron en su parte respectiva de la zona desmilitarizada (DMZ), que se extiende dos kilómetros a un lado y otro de la frontera entre ambas Coreas.
Los tiroteos en la frontera intercoreana son extraños, principalmente según los analistas por el peligro que supondría una escalada repentina.
La situación ya estaba tensa antes, desde que a principios de agosto, dos soldados surcoreanos resultaron mutilados por la explosión de minas antipersonal cuando patrullaban en la DMZ.
Seúl acusa al Norte de la colocación de esas minas y respondió reanudando la guerra de propaganda en la frontera con la puesta en servicio por primera vez desde hace once años de los altavoces instalados en el sector.
El Norte desmintió cualquier implicación en el asunto de las minas y amenazó con bombardear "indiscriminadamente" los altavoces si los mensajes propagandísticos difundidos a todo volumen no cesaban de inmediato.
La CCM recalcó el jueves que la situación sólo se calmará si Seúl silencia sus altavoces.
Los comandante del Ejército norcoreano han recibido consigna de prepararse para "destruir estos instrumentos de la guerra sicológica" y oponerse a eventuales "contraataques", según KCNA.
El Ministerio surcoreano de la Unificación, que se ocupa de los asuntos intercoreanos, anunció que el acceso a la zona industrial intercoreana de Kaesong, situada en la parte norcoreana de la frontera, será limitado a ciertos sucoreanos.
Kaesong emplea a unos 53.000 norcoreanos en 120 empresas manufactureras surcoreanas y este anuncio se parece a una amenaza disimulada de cerrar completamente la zona industrial, preciosa fuente de divisas para el Norte .
Estados Unidos y la ONU han expresado su preocupación por la situación.
"Seguimos comprometidos en la defensa de nuestro aliado" surcoreano y "seguimos vigilando la situación", declaró un portavoz del Pentágono, Bill Urban.