La japonesa Misao Okawa, que ostentaba el título de decana de la humanidad, falleció hoy (miércoles en Japón) menos de un mes después de cumplir 117 años, indicó el asilo donde vivía.
Esta mujer coqueta y menuda, nacida el 5 de marzo de 1898 en una familia de comerciantes de kimonos de la ciudad de Osaka (oeste), pasó a ser la mujer más vieja del mundo a la edad de 114 años, en febrero de 2013. Sucedió entonces a otra japonesa que falleció a los 115 años.
El mes pasado, al cumplir 117 años, Okawa se prestó a una alegre sesión de fotos, ataviada con un hermoso kimono rosa y una flor a juego en su cabellera blanca.
Madre de tres hijos, abuela de cuatro nietos y bisabuela de seis bisnietos, estuvo rodeada de su familia, entre ellos su hijo mayor, de 92 años, y un recién llegado de dos años.
A pesar de su avanzada edad, parecía en buena forma.
Interrogada sobre el secreto de su longevidad, confesó que lo ignoraba.
El hombre más viejo del mundo, Sakari Momoi, un japonés también, de 112 años. Nacido el 5 de febrero de 1903, heredó el título oficialmente el verano pasado.
La esperanza de vida de los hombres nipones superó por primera vez en 2013 la barrera de los 80 años (80,21 años), mientras que sus compatriotas femeninas ostentan el récord mundial de la longevidad (86,61 años).
Una cuarta parte de la población de Japón tiene 65 años o más, proporción que debería alcanzar el 40% de aquí a 2060.
Cerca de 59.000 centenarios estaban censados en Japón el pasado mes de septiembre, según las estadísticas oficiales del Ministerio de Salud. Un 87% son mujeres.