KUALA LUMPUR. AFP. Las tareas de búsqueda del Boeing 777 de Malaysia Airlines, desaparecido la madrugada del sábado , se extendieron ayer a una zona más amplia después de tres días de esfuerzos infructuosos.
El destino del vuelo MH370 entre Kuala Lumpur y Pekín, en el que iban 227 pasajeros, de 14 nacionalidades diferentes, y 12 tripulantes, continuaba siendo un misterio.
El lunes, las autoridades malasias dijeron haber avistado un objeto que podría resultar bote, pero un navío vietnamita solo encontró un objeto de un barco.
Por otra parte, las manchas de combustible detectadas el domingo frente a las costas de Malasia tampoco eran del avión.
“Este carburante no se utiliza en los aviones”, sino en los barcos, declaró la vocera la Policía Marítima de Malasia, Faridah Shuib.
“La zona de búsqueda se extendió en el mar de China meridional” de 50 millas marinas (90 km) a 100 millas alrededor del lugar donde se produjo el último contacto de radio”, dijo el jefe de la Aviación Civil de Malasia.
Gran incógnita. La extensión de la zona de búsqueda muestra la perplejidad de las autoridades ante el misterio de la desaparición de la aeronave.
Las autoridades malasias abrieron el fin de semana una investigación por terrorismo, tras descubrirse que al menos dos pasajeros volaban con pasaportes robados, y seguían buscando en zonas más cercanas a su costa, al sur de Tho Chu.
El Boeing 777 desapareció de los radares la madrugada del sábado en algún lugar entre Malasia y Vietnam, una hora después de su despegue.
Basándose en la información de los radares, el Ejército malasio apuntó el domingo a la posibilidad de que el avión diera media vuelta después de despegar de Kuala Lumpur. Pero esa media vuelta, según la compañía, debería haber activado las alertas, situación que nunca ocurrió.
Sospechosos. La presencia a bordo de cuatro personas sospechosas, dos de ellas con pasaportes europeos falsos y “rasgos asiáticos” según las autoridades malasias, suscitaba interrogantes.
En la lista de pasajeros aparecen los nombres de un austríaco llamado Christian Kozel, y un italiano, Luigi Maraldi. Ninguno de los dos iba a bordo.
A los dos les robaron el pasaporte en Tailandia en 2012 y 2013.
La Policía tailandesa investiga un posible tráfico de pasaportes en Phuket, un lugar de veraneo del sur del país, donde le robaron el documento a Maraldi.
Las autoridades locales confirmaron también que cinco pasajeros con plazas reservadas registraron sus maletas y luego no se presentaron al embarque.
Malaysia Airlines asegura que aisló esas maletas en cuanto constató su ausencia a bordo, antes del despegue del aparato.
Apoyo internacional. Según la prensa oficial china, Pekín enviaría el lunes un equipo de expertos para ayudar en la investigación.
Estados Unidos, que tenía a tres ciudadanos a bordo, despachó a agentes del FBI y destacó que de momento no tenía ninguna prueba que apunte a un acto terrorista. También irán a Malasia consejeros técnicos de la empresa aeronáutica Boeing.
En total participan en las tareas de búsqueda unos 40 buques y 34 aviones de diversos países, entre los cuales figuran China, Vietnam, Malasia, Filipinas, Singapur y Estados Unidos.
Si el avión cayó al mar, sería la catástrofes aérea más grave de un avión de línea desde el 2001, cuando un Airbus A300 de American Airlines causó 265 muertes en Estados Unidos. En 2009 uno de Air France cayó al mar en vuelo Brasil-Francia, con 228 personas.