Washington
Estados Unidos pidió este miércoles a China que sostenga una postura más firme ante Corea del Norte, para que suspenda sus intentos balísticos y nucleares, al término de una reunión ministerial entre ambos países.
El jefe de la diplomacia estadounidense, Rex Tillerson, y el secretario de Defensa, Jim Mattis, recibieron al asesor diplomático del gobierno chino Yang Jiechi y al general Fang Fengshui, jefe del Estado Mayor, luego de la cumbre celebrada en abril en Mar-a-Lago en Florida, entre el presidente Donald Trump y su homólogo chino Xi Jinping.
"Reiteramos a China que tiene la responsabilidad diplomática de ejercer una presión económica y diplomática mucho más importante sobre el régimen (norcoreano), si quiere evitar una nueva escalada en la región", declaró Tillerson en una breve conferencia de prensa con Mattis, al término de la reunión.
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El secretario de Estado también dijo esperar que China "haga su parte" para enfrentar las "actividades criminales" a las que apela Pionang para financiar sus proyectos nucleares y balísticos, como "el lavado de dinero", los "ciberdelitos" o "la extorsión de fondos".
A pesar de la condena internacional y de las sanciones, Corea del Norte ha construido un pequeño arsenal nuclear y está desarrollando misiles balísticos que podrían amenazar los territorios de Japón, Corea del Sur y -algún día- incluso de Estados Unidos.
Washington parece mostrar ahora cierta frustración sobre los esfuerzos chinos para presionar a Corea del Norte, mientras por su parte, Pekín exhibe su buena fe.
Horas antes del inicio de la delicada reunión, Trump publicó un polémico mensaje en la red Twitter sugiriendo que los esfuerzos chinos en Corea del Norte ya habían fracasado.
"Aunque aprecio enormemente los esfuerzos del presidente Xi y de China para ayudar con Corea del Norte, no ha funcionado. Por lo menos ahora sé que China lo intentó", escribió el mandatario estadounidense.
En la capital china, altos funcionarios insisten en que no han perdido la esperanza de ejercer influencia sobre Corea del Norte, aunque señalaron que el problema no es solo de China.
El vocero de la cancillería china, Geng Shuang, dijo que "para resolver la situación nuclear en la península coreana, China ha estado haciendo esfuerzos y ha jugado un papel importante y un rol constructivo".
Los estadounidenses están encolerizados luego de la muerte el lunes de un estadounidense de 22 años, Otto Warmbier, liberado por Pionyang tras más de un año en la cárcel, que padecía severos daños cerebrales y estaba en coma.
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"Ver a un joven partir con buena salud y luego de una falta menor volver casi muerto a su casa (...) supera toda comprensión", afirmó Mattis en la conferencia de prensa conjunta con Tillerson.
Existe una "frustración del pueblo estadounidense en relación a un régimen que provoca y provoca y provoca y básicamente juega fuera de las reglas", agregó Mattis.
Warmbier murió el lunes después de regresar a su ciudad natal en el estado de Ohio, y su fallecimiento llevó a Trump a calificar al gobierno norcoreano de "régimen brutal".
Trump ha hecho del freno a la amenaza nuclear que representa Pionyang su prioridad en política exterior, y busca para ello el apoyo de Pekín, dejando de lado preocupaciones sobre el déficit de la balanza comercial con China.
Pero a pesar de que China ha endurecido los controles sobre el comercio de carbón de Corea del Norte, numerosos expertos dicen que Pekín no está preparado para realmente hacer cumplir las sanciones internacionales, que pueden poner en peligro la estabilidad de su impredecible vecino.
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También es objeto de preocupación para Washington y sus aliados de la región, la tensión en el Mar del sur de China, donde Pekín multiplica sus demostraciones de fuerza.
"Continuaremos apoyando la libertad de navegación y de vuelo" cerca de los islotes reivindicados por China, advirtió Tillerson.
Sin embargo, Estados Unidos y China continuarán teniendo un "diálogo" para encontrar "algún tipo de método" que permita reducir sus divergencias indicó por su parte Mattis.