Ciudad de Panamá. AFP. Panamá acudirá el domingo a las urnas a elegir un nuevo presidente, entre candidatos muy similares y sin un claro favorito, que tendrá el reto de enfrentar la desigualdad social y mantener un crecimiento económico en Latinoamérica.
Más de 2,4 millones de panameños, de una población de 3,5 millones, están llamados a votar para elegir al sustituto de Ricardo Martinelli, renovar el Congreso y las alcaldías para un periodo de cinco años, en una votación a una vuelta que se define por mayoría simple.
El oficialista José Domingo Arias , empresario textil y exministro de Vivienda del gobierno de Ricado Martinelli, encabeza las preferencias en las encuestas, seguido muy de cerca por el opositor socialdemócrata y exalcalde capitalino, Juan Carlos Navarro.
En tercer lugar, también próximo, aparece el empresario del licor Juan Carlos Varela , opositor pese a ser el actual vicepresidente del país. Varela se alejó del Gobierno tras destituido como canciller en el 2011 por pugnas con Martinelli.
La oposición acusa a Martinelli de corrupción, autoritarismo y de controlar los órganos del Estado para beneficio propio, pero el mandatario tiene una popularidad de hasta el 67%, según encuestas, de lo cual espera beneficiarse Arias.
Martinelli no puede postularse nuevamente porque la Constitución panameña impide la reelección consecutiva.
“El que gane va a tener que ver cómo recompone una alianza política que le permita gobernar y tener una mayoría parlamentaria, porque dos tercios van a ser oposición y un tercio gobierno”, aseguró el analista José Blandón respecto al Parlamento, de 71 escaños.
Recta final. Banderas enormes de los partidos ondean en las calles, los postes están tapizados con las fotos de los candidatos y los más fanáticos han empapelado sus casas o adornado sus carros con símbolos de sus agrupaciones políticas.
En unas elecciones que se prevén muy cerradas, los candidatos han ofrecido propuestas muy similares en lo político, casi todos alineados a Washington y con promesas de combatir el costo de la vida y la delincuencia.
El ganador de las elecciones deberá encarar además los retrasos en las obras de ampliación del canal de Panamá , que no estarán listas para el 2014, como estaba previsto, sino para 2016, lo que retrasará la entrada de cientos de millones de dólares que estaban programados.
“Los principales retos del nuevo presidente incluyen mantener el crecimiento económico, enfrentar la pobreza y el desequilibrio en la distribución de la riqueza”, dijo el analista Edwin Cabrera.
Inquietudes. Panamá ha registrado un crecimiento económico promedio anual del 8% en los últimos cinco años, de los más altos de América Latina, que según el Gobierno le permitió alcanzar el pleno empleo y reducir la pobreza.
Sin embargo, más de un tercio de los panameños trabaja en el sector informal, miles no tienen agua potable ni una vivienda digna o no tienen acceso a los servicios básicos, pese a tener los ingresos de un canal marítimo por donde pasa el 5% del comercio mundial.
“El crecimiento económico ha beneficiado a una élite. Los millonarios son más millonarios, pero a costa del sufrimiento de los de abajo”, dijo el analista Jaime Porcell.
Según las encuestas, la inflación (que ronda el 5% anual) es la principal preocupación de los panameños, quienes resienten que el precio de la canasta básica aumentó un 44% en la última década, según el Ministerio de Economía.
Otra de las preocupaciones es la inseguridad. Según la ONU, en Panamá se registran 17,2 homicidios por cada 100.000 habitantes.
“La situación está ahora más jodida. Las pandillas se han extendido por todo el país y tienen armamento pesado”, aseguró un policía, que pidió no ser identificado, mientras realizaba un operativo.
El presidente que resulte electo para gobernar Panamá los próximos cinco años deberá lidiar con esa preocupación por la seguridad, la desigualdad y la administración de los recursos que recibirá el país con la ampliación del Canal.