San Pedro Sula. AFP. Estados Unidos deportó ayer a 120 personas, en su mayoría niños, de tres países de Centroamérica, de unos 57.000 menores que llegaron ilegalmente a su territorio desde octubre, informaron fuentes oficiales.
“Un avión partió (de Estados Unidos) con 120 personas, 40 de Honduras, 40 de El Salvador y 40 de Guatemala”, dijo el vocero del Programa de las Naciones Unidas para la Infancia, Héctor Espinal, mientras recibían a los hondureños en la ciudad de San Pedro Sula.
Una comisión del Gobierno y representantes de organismos no gubernamentales encabezada por la primera dama, Ana García de Hernández, llegaron a esperar a los 40 hondureños en el aeropuerto Ramón Villeda Morales.
En el vuelo, que aterrizó en las primeras horas de la tarde, llegaron 18 madres acompañadas de 22 niños, el menor de 18 meses, dijo la primera dama.
Desde octubre del año pasado, por lo menos 57.000 niños y menores de edad sin compañía de adultos, en mayoría provenientes de Honduras, El Salvador y Guatemala, fueron interceptados en Estados Unidos después de ingresar clandestinamente a ese país.
“Nosotros como Estado, las Iglesias, la sociedad en general debemos hacer un acompañamiento de estas personas que tienen sueños y aspiraciones, pero que sus sueños no se hicieron realidad”, sugirió García ante periodistas.
Añadió que el Gobierno ha identificado que los niños migrantes salieron de los lugares más afectados por el tráfico de drogas.
Además, indicó que los padres de familia que emigraron a Estados Unidos mandan a llevar a sus hijos con traficantes de indocumentados conocidos como coyotes.
“Ayer (domingo) se capturó a una señora que iba con cuatro menores que se dedica a esta labor y se está trabajando en una tarea de inteligencia para detener a estas personas, que arriesgan la vida de muchos niños por dinero”, anunció.
Preocupación. El tema migratorio ganó el estatus de urgencia en Estados Unidos luego de que 52.000 niños sin compañía de un adulto, provenientes de El Salvador, Honduras y Guatemala, cruzaron, ilegalmente, la frontera desde octubre.
Estados Unidos aumentó la comunicación con Gobiernos de Centroamérica para buscar una respuesta ante la oleada migratoria.