Nuevas relaciones de poder, pero pocos cambios para la población. Ese será —sin importar el ganador— el resultado de la segunda ronda electoral que disputarán, este domingo, Jimmy Morales y Sandra Torres en Guatemala.
La llegada del comediante o la ex primera dama al poder finalizará la recomposición de fuerzas en el país centroamericano, tras un 2015 convulso en que Otto Pérez tuvo que dejar la presidencia por denuncias de corrupción. Sin embargo, según el analista Daniel Matul, ninguno de los dos candidatos representará un cambio importante en la vida de los guatemaltecos.
"Por ahora no hay realmente opciones de cambio, con estas elecciones parece que el país llega de nuevo a su punto de equilibrio (tras la salida de Otto Pérez). Baldizón (candidato que quedó tercero en la primera ronda) se convierte en un actor importante con una bancada muy fuerte que será decisiva en la toma de decisiones, los militares logran cuotas importantes en el Congreso y tienen la opción más fuerte de ganar con Jimmy Morales y Sandra Torres salva al partido, logra disputar la presidencia y renueva su liderazgo", explica Matul.
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¿Los mismos de siempre? El desprestigio de la clase política guatemalteca —acrecentado por las acusaciones contra Otto Pérez y Roxana Baldetti— obligó a los candidatos a fortalecer su mercadeo en torno a la idea de "ser diferente", pero los vínculos de ambos con las fuerzas que han dominado la política guatemalteca son innegables.
"Lo que él no ha aclarado es que a sus espaldas hay exmilitares que le sirven como financistas y que hoy están siendo investigados por el Tribunal Supremo Electoral (TSE)", dijo su adversaria Sandra Torres, durante el último debate.
Morales niega tajantemente la presencia de militares en sus filas, pero Edgar Ovalle, uno de los castrenses cuestionados por violaciones a los derechos humanos, resultó electo diputado por el FCN en la primera vuelta de los comicios en setiembre.
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Por su parte, Torres, exesposa del expresidente Álvaro Colom (que gobernó de 2008 a 2012), intentó buscar la presidencia en 2011 cuando se divorció para evadir una disposición constitucional que prohíbe la postulación presidencial a los familiares del gobernante de turno. Sin embargo, el Tribunal Supremo Electoral (TSE) le rechazó su inscripción por considerar que el divorcio había sido una maniobra para eludir la prohibición.
La ex primera dama, además, es acusada de participar con la guerrilla durante el conflicto civil que azotó Guatemala de 1960 a 1996. Señalamientos que rechaza, aunque siempre ha reconocido su simpatía por la revolución.
A favor y en contra. Jimmy Morales tiene a su favor que, a pesar del pasado de los fundadores de su partido y de que en 2011 intentó alcanzar la alcaldía de Mixco, es apreciado por parte de la población como alguien externo a la política."El voto de Jimmy es frágil y de coyuntura porque el partido no tiene organización, el voto fue un rechazo a los candidatos (tradicionales) y por la crisis de corrupción", explicó el analista Phillip Chicolá a AFP.
El hecho de ser considerado un outsider, y la crisis de corrupción desatada durante 2015, son los factores que le habrían permitido al comediante pasar de solo tener un 0,5% de intención de voto en abril a estar a un paso de ser presidente.
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Sin embargo, sus iniciativas son calificadas como improvisadas, ya que al inicio de la campaña no contaba ni siquiera con un plan de gobierno.
Entre las promesas del candidato se encuentran la lucha contra la desnutrición y la inversión en investigación criminal.
Torres, por su parte, se encargó en la presidencia de su exesposo de coordinar los programas de asistencia a través del Consejo de Cohesión Social.
La candidata era la cabeza de una serie de proyectos de asistencia (como las "bolsas solidarias", que consisten en brindar alimentos básicos a los sectores marginales), que la hacen muy popular en las zonas rurales de Guatemala.
"Sandra tiene cualidades que no tienen otras personas (...). Sandra tiene la experiencia y conoce todas las instituciones del Estado y las conoce bien y Sandra tiene una fuerza de trabajo impresionante", dijo su exesposo a la prensa guatemalteca sobre la campaña.
Una de las inconformidades en torno a la candidatura de Torres es la nominación de Mario Leal como su vicepresidente, ya que fue un cercano colaborador de Otto Pérez.
Entre las promesas de la ex primera dama se encuentran mejorar la calidad educativa, incrementar los días de escolarización, intervenir las cárceles y reorganizar el plan fiscal.