El expresidente hondureño Manuel Zelaya, derrocado en un golpe de Estado en 2009, denunció este lunes que las autoridades electorales le están "robando" la elección presidencial a la candidata izquierdista, su esposa Xiomara Castro, en favor del derechista Juan Orlando Hernández.
"Xiomara gana la presidencia de la República. No nos pueden hacer eso. Nos están robando la elección", dijo Zelaya, en una rueda de prensa en la que informó que el lunes se definirá en una "reunión de emergencia" las acciones a seguir en rechazo a los resultados anunciados por el Tribunal Supremo Electoral (TSE).
Hernández, candidato del gobernante Partido Nacional (PN) y quien ya se proclamó presidente, encabezaba la votación con un 34,27% contra 28,67% de Castro, aspirante del partido Libertad y Refundación (Libre), tras escrutados el 54,47% de las mesas, según el TSE.
"No resiste el menor análisis estadístico lo que está haciendo el Tribunal. No aceptamos ese resultado. Rechazamos ese resultado", subrayó el exmandatario, derrocado el 28 de junio de 2009 por una alianza de militares, empresarios y políticos de derecha cuando su gobierno liberal giró a la izquierda.
Dirigentes de Libre, que acompañaron a Zelaya en la rueda de prensa, señalaron que hubo "serias inconsistencias" en un 20% de las actas electorales a través de la "transmisión irregular de resultados".
"Este resultado, a nuestro juicio, está siendo manipulado para favorecer a uno de los candidatos (el oficialista) cuando no se está presentando toda la información real a la población hondureña", afirmó Enrique Reina, candidato a la vicepresidencia por Libre.
Más temprano, acompañada de Zelaya y cercanos colaboradores, Castro compareció ante la prensa y anunció que los resultados de boca de urna y algunas actas daban un "triunfo contundente" a Libre, partido fundado por el exmandatario con las fuerzas liberales y grupos sociales que lo apoyaron tras el golpe.La embajadora de Estados Unidos, Lisa Kubiske, dijo haber visto "un proceso transparente".
Pese a la autoproclamación de victoria de Hernández y de Castro, sus respectivos seguidores no salieron a las calles a celebrar.
Unos 5,4 millones de hondureños votaron para definir el sucesor de Lobo, así como 128 diputados y 298 alcaldes para los próximos cuatro años, en unos comicios, sin segunda vuelta, que tuvieron una participación récord de 61%, según anunció el TSE, y fueron vigilados por 800 observadores internacionales.
En el país más violento del mundo, Hernández promete "mano dura" contra el crimen organizado con una fuerza de 5.000 policías militares, mientras Castro propone tener a los soldados en las fronteras en la lucha antidrogas y enfrentar a las pandillas con con una policía comunitaria.
"Voy a hacer todo lo que tenga que hacer para recuperar la paz del pueblo hondureño", subrayó el oficialista, al referirse a la violencia en su discurso de victoria.