Nueva York. AFP. El expresidente guatemalteco Alfonso Portillo (2000-2004) fue condenado ayer a cinco años y diez meses de prisión por “conspiración para cometer lavado de dinero ” por un juez federal en Nueva York, en un caso inédito para América Latina.
Portillo, extraditado desde su país en mayo del año anterior, se había declarado culpable en marzo pasado de haber querido lavar en bancos estadounidenses $2,5 millones en sobornos pagados por el Gobierno de Taiwán para que Guatemala mantuviera el reconocimiento diplomático al país asiático.
Portillo, de 62 años y presente en la audiencia en los tribunales del sur de Manhattan, está detenido desde enero del 2010, por lo que deberá permanecer en prisión durante un año y medio más, tras la sentencia dictada por el magistrado Robert Patterson.
“No fue un error, fueron cinco errores en un largo periodo de tiempo”, dijo el juez, al referirse a los cinco cheques por $500.000 cada uno, recibidos por Portillo de Taiwán entre 1999 y 2002 y la posterior conspiración para lavar dinero.
El primer exgobernante latinoamericano en ser entregado por su propio país a la Justicia de Estados Unidos , que ha pasado 70 meses de prisión sin posibilidad de libertad condicional, deberá pagar a Estados Unidos $2,5 millones.
Pattterson justificó la condena por el cargo que ocupaba Portillo como “máximo responsable del Ejecutivo”, la duración del delito y el “abuso de confianza” en el que incurrió, rechazando el pedido de la defensa de considerar la pena cumplida y dejarlo en libertad.
Vestido con traje oscuro, camisa y corbata, Portillo escuchó la sentencia sin reaccionar, tras haberse defendido con un discurso de neto corte político en la larga audiencia que duró cuatro horas.
“Los cuatro años y medio encarcelado han sido de gran enseñanza para mí, pero también de gran dolor para mi familia”, expresó en español el expresidente, quien adujo que no buscaba “justificar” su “delito”, sino otra “oportunidad”.
Antes, su abogado David Rosenfield intentó convencer al juez de que su defendido había cometido “un serio error” que había pagado con 52 meses de cárcel.
“Merece su largamente esperada libertad ahora”, afirmó Rosenfield, quien leyó cartas de familiares y simpatizantes de Portillo.
La Fiscalía recordó al magistrado el “impacto de esta sentencia” para el mundo por tratarse de un “presidente corrupto”.