No hay pánico en las calles de Corea del Sur, donde muchas personas se han vuelto inmunes a la potencial amenaza de su vecino comunista, y piensan que la disputa es principalmente entre el Norte y Estados Unidos.
Determinar si la península coreana está en crisis o no, depende en gran parte del punto de vista de cada quien, dice Mike Breen, un veterano comentarista en asuntos coreanos.
Los hechos: Corea del Norte expulsó a los inspectores nucleares de la ONU y dice que reactivará las instalaciones que las autoridades norteamericanas sospechan eran utilizadas para fabricar una o dos bombas en los años 90. Tiene un segundo programa nuclear clandestino.
La situación es urgente porque los expertos calculan que podría fabricar varias bombas más en seis meses.
EE. UU. y Corea del Sur desean buscar una solución diplomática. Más aún, el presidente George W. Bush no desea distraer la atención de sus planes para la eventual guerra contra Iraq.
Varios analistas opinan que no se trata necesariamente de una crisis. “Se requieren dos para generar una crisis, al igual que para bailar tango”, dice Aidan Foster-Carter, un experto en asuntos coreanos en la Universidad Leeds en Gran Bretaña. “Así que si Bush no quiere bailar, por ahora estamos seguros”.
En cambio, hay consenso de que una confrontación en 1994 relacionada con las mismas instalaciones nucleares sí fue una crisis. En esa época, EE. UU. preparó planes para bombardear el sitio del reactor, y los atemorizados surcoreanos acumularon provisiones de alimentos.