Washington
Extraños "ataques" acústicos afectaron a 16 funcionarios de la Embajada de Estados Unidos en Cuba, informó el jueves Washington, que investiga esta situación inédita que arriesga la normalización de las relaciones entre ambos países.
"Tomamos la situación muy en serio", dijo la portavoz del Departamento de Estado, Heather Nauert, sobre lo que denominó "incidentes" ocurridos en La Habana a finales del año pasado, y que las autoridades estadounidenses dieron a conocer a principios de agosto sin dar mayores detalles.
Nauert aseguró que estos hechos parecen no seguir ocurriendo, pero confirmó que "al menos 16" funcionarios estadounidenses destinados a la misión en Cuba "han experimentado algún tipo de síntoma".
A los afectados "se les ha proporcionado tratamiento médico tanto en Estados Unidos como en Cuba", puntualizó.
El gobierno de Donald Trump declinó nuevamente culpar a Cuba de las "dolencias" y "varios síntomas físicos" sufridos por sus funcionarios en la Isla.
"No estamos asignando responsabilidad en este momento", reiteró Nauert.
Pero el secretario de Estado, Rex Tillerson, calificó hace dos semanas lo ocurrido como "ataques a la salud" de ciudadanos estadounidenses, y urgió a las autoridades cubanas a determinar su causa.
Canadá también informó entonces de que uno de sus diplomáticos en Cuba había sufrido pérdida de la audición y dijo que trabajaba "activamente" para averiguar lo sucedido.
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El gobierno comunista de Raúl Castro negó categóricamente haber maltratado a ningún diplomático y aseveró que investigaba los "incidentes" reportados en febrero.
Pero una organización anticastrista con sede en Miami afirmó que esta práctica "no es una situación ajena al régimen castrista".
"Este tipo de 'ataques acústicos' ya ha sido practicado por el castrismo anteriormente", afirmó el jueves el Directorio Democrático Cubano en un comunicado, recordando el reciente relato del ex preso político cubano Luis Zúñiga.
Frente a una Comisión Internacional de Crímenes de Lesa Humanidad del Castrismo (JusticeCuba), Zúñiga dijo el 15 de julio en Miami que los "ruidos electrónicos" fueron un método de tortura utilizado regularmente en el Pabellón 47 de la prisión Combinado del Este, donde estuvo recluido en 1977.
Contó que se colocaban altavoces en ambos extremos del pasillo de celdas y se elevaba el volumen hasta niveles insoportables para el oído humano.
"El sonido era como el de la radio de onda corta cuando no está sintonizado y emite sonidos estridentes", indicó. "La tortura duraba todo el día y toda la noche (...) y terminó cuando un preso, Rafael Del Pino Siero, murió", agregó.
Zúñiga añadió que en 1981, cuando estaba en la cárcel de Bonitao, en Santiago de Cuba, nuevamente fue sometido a "los ruidos electrónicos" y señaló como autor al capitán Alvis Matos, "entrenado por la KGB soviética".
Oficialmente no se ha revelado ningún detalle de las presuntas lesiones que padecen los diplomáticos, pero un informe de CBS News sugirió que al menos una víctima entre los funcionarios estadounidenses sufrió el equivalente a "daño cerebral".
"La investigación está en curso y seguiremos intentando encontrar el origen de estos incidentes y el perpetrador", aseguró Nauert, quien ha dicho que lo ocurrido "no tiene precedentes (...) en ninguna parte".
Dos diplomáticos cubanos en Washington fueron expulsados del país el 23 de mayo "como consecuencia" de la repatriación por motivos médicos de los funcionarios estadounidenses, una decisión que Cuba consideró "injustificada e infundada".
"Cuba jamás ha permitido ni permitirá que el territorio cubano sea utilizado para cualquier acción en contra de funcionarios diplomáticos acreditados ni sus familiares, sin excepción", expresó el Ministerio de Relacioens Exteriores días atrás.
Sin embargo, el tenso vínculo entre Estados Unidos y Cuba tiene un historial de quejas de acoso a diplomáticos estadounidenses por parte de los cubanos, y viceversa.
Estados Unidos y Cuba reanudaron sus relaciones diplomáticas en 2015, pero el acercamiento sufrió un retroceso con la llegada de Trump, partidario de una línea más dura hacia el gobierno comunista que su antecesor Barack Obama, promotor del deshielo.