Naciones Unidas
El Consejo de Seguridad de la ONU condenó este lunes por unanimidad el nuevo lanzamiento de un misil balístico de Corea del Norte, una operación a la cual el presidente estadounidense, Donald Trump, prometió responder con firmeza.
Los 15 países miembro del organismo, incluido China, principal aliado del régimen norcoreano, aprobaron la resolución propuesta por Washington, que califica el disparo del misil como una "grave violación".
El bloque se reunió de urgencia a puerta cerrada a petición de Estados Unidos, Japón y Corea del Sur después de que Pionyang celebró su "exitosa" prueba, la primera desde que Trump asumió el poder.
Trump reconoció durante una rueda de prensa en la Casa Blanca que " Corea del Norte es un gran, gran problema". "Nos ocuparemos de ello con mano dura", precisó.
La embajadora estadounidense ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Nikki Haley, pidió al Consejo "usar cualquier medida disponible para que al régimen de Corea del Norte le quede claro que estos lanzamientos son inaceptables".
"Es hora de que Corea del Norte rinda cuentas, no con palabras, sino con hechos", reclamó.
El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, dijo antes de la reunión que " Corea del Norte debe regresar al pleno cumplimiento de sus obligaciones internacionales y al camino de la desnuclearización".
"La comunidad internacional debe seguir manejando esta situación de manera unida", añadió.
Desde sus primeros ensayos en el 2006, el régimen de Pionyang ha sido sancionado en seis ocasiones por Naciones Unidas con resoluciones que prohíben desarrollar cualquier programa nuclear o balístico.
Pero nada ha impedido que el país asiático mantenga sus ambiciones militares.
El Pentágono aseguró que Estados Unidos y sus aliados, Corea del Sur y Japón, tienen la capacidad para interceptar misiles balísticos norcoreanos similares a los probados el domingo por Pionyang.
El Gobierno estadounidense también trabaja con Seúl para instalar el sistema antimisiles THAAD en Corea del Sur, algo a lo que se opone China.
El misil fue disparado desde una base aérea en la provincia occidental norcoreana de Piongan del Norte (noroeste) y recorrió 500 kilómetros hacia el este antes de caer en el mar de Japón.
Satisfacción de Kim. El líder norcoreano, Kim Jong-un, manifestó su "gran satisfacción" por la operación, que dirigió y supervisó, de acuerdo con la agencia estatal norcoreana KCNA.
El motor de este misil requiere combustible sólido, lo que acorta considerablemente el tiempo de abastecimiento comparado con los cohetes alimentados con combustible líquido, expuso Yun Duk-Min, analista en el Instituto de Relaciones Exteriores y de Seguridad de Seúl.
Estos proyectiles son más difíciles de detectar antes de su lanzamiento por los satélites de vigilancia, explicó. "Esto deja poco tiempo de preaviso y representa una mayor amenaza para el adversario", añadió.
Es la primera vez que Corea del Norte menciona al misil Pukguksong-2. En agosto pasado, Pionyang anunció haber probado un misil Pukguksong-1 (que significa "estrella del norte") lanzado desde un submarino y aseguró que ponía el continente americano a su alcance.
Seúl aseguró que este nuevo ensayo es un desafío al nuevo mandatario estadounidense.
El disparo se efectuó cuando Trump estaba en su residencia de Florida con el primer ministro japonés, Shinzo Abe, quien tildó de "absolutamente intolerable" el ensayo.
El gobernante estadounidense presionó además a China, principal aliado y socio comercial de Corea del Norte, a hacer lo máximo para controlar a su país vecino.
El portavoz del Ministerio chino de Relaciones Exteriores, Geng Shuang, indicó que se oponía a los ensayos nucleares que violan las resoluciones de la ONU.
Rusia, por su parte, manifestó que se trataba de "una demostración de desprecio contra las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU".