Washington AFP Estados Unidos reconoció ayer los avances de Cuba para combatir el tráfico de personas, pero acusó a Venezuela de esfuerzos insuficientes contra este azote que el Departamento de Estado denunció como “esclavitud moderna”.
La isla comunista, que ocupaba el sótano de la clasificación desde 2003, fue ascendida una categoría a “lista de observación”, en un informe anual de la diplomacia estadounidense develado por el secretario de Estado, John Kerry.
Unos 40 países ocupan la “lista de observación”, categoría designada para los Gobiernos que hacen esfuerzos para cumplir con las normas internacionales contra el tráfico de personas, pero exhiben poca evidencia de avances.
Según el documento del Departamento de Estado, niños y adultos son sujetos a tráfico sexual y trabajo forzado en Cuba, incluidas denuncias de médicos obligados a participar en los programas de cooperación internacional.
La subsecretaria de Estado para Derechos Humanos, Sarah Sewell, reconoció que Washington sigue preocupado de que el Gobierno cubano omite reconocer el trabajo forzado como problema.
La remoción de un país del escalafón 3 podría tener implicaciones prácticas, como la eliminación de restricciones para asistencia bilateral.
Pero la mejora en la nota de Cuba, así como de Malasia, provocó acusaciones de que el gobierno de Barack Obama politiza la clasificación según su agenda.
En tanto, Venezuela sigue en el escalafón más bajo, al considerar Washington que Caracas incumple los estándares mínimos y no hace “esfuerzos significativos” para reparar la situación.
Argelia, Siria, Yemen y Corea del Norte también están dentro del peor renglón del listado compilado por el Departamento de Estado.
Este año, Belice, Burundi, Sudán del Sur y Belarús se añadieron al último escalafón. Rusia se encuentra en esta categoría desde 2013, mientras que China fue elevada en 2014 a la “lista de observación”, donde se mantuvo este año.
La mayoría de los países de América Latina están en el escalón 2, admirados por sus esfuerzos por cumplir las normas internacionales aunque no lo consigan del todo.
Pero Chile es el único de la región en el escalón 1, junto con la mayoría de los países europeos y Australia, por su lucha contra el tráfico de personas y adherirse a la totalidad de los estándares internacionales.
Según la Organización Internacional del Trabajo, el tráfico de personas representa una industria de 150.000 millones de dólares al año, incluyendo 99.000 millones solo por el tráfico sexual.
Washington estima que unos 20 millones de personas son víctimas de la trata.
“El tráfico de personas es un insulto a la dignidad humana y un ataque contra la libertad”, señaló Kerry en el informe, en el que llamó a una “lucha contra la esclavitud moderna”.
Kerry afirmó que se trata de “una batalla contra el dinero, una batalla contra el mal”.