Viena. EFE. A cuatro días de que venza el plazo para que seis grandes potencias logren un acuerdo nuclear con Irán, la jornada negociadora estuvo marcada ayer por un creciente pesimismo, dadas las grandes diferencias entre ambas partes.
El secretario de Estado de EE. UU., John Kerry, llegó a Viena por la tarde para participar de forma directa en las negociaciones, tras advertir horas antes en París de que Irán debe dar garantías de que sus ambiciones nucleares son pacíficas .
“Queremos llegar a un acuerdo, pero no a cualquier acuerdo. Tiene que ser uno que funcione, que alcance el objetivo de garantizar que no se tomará y no podrá tomarse el camino hacia la bomba (atómica)”, manifestó Kerry en la capital francesa, tras reunirse con su homólogo francés, Laurent Fabius, quien viajará hoy a Viena.
Desde el martes, los equipos negociadores de Irán y del Grupo 5+1 –los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y Alemania– buscan, hasta la fecha tope del 24 de noviembre, un pacto que cierre una disputa nuclear que se prolonga ya 12 años.
La comunidad internacional teme que, bajo el paraguas de un programa civil, Irán ambicione un arsenal nuclear, algo que Teherán siempre ha negado, aunque en 2002 se supo que había desarrollado amplias actividades atómicas en la clandestinidad.
“Esperemos que las brechas que puedan existir, y existen, puedan cerrarse. Y creemos, todos, que si tienes un programa nuclear pacífico, no es tan difícil probar técnicamente que es pacífico”, recalcó Kerry.
En los últimos tres días, los negociadores se han reunido en una variedad de formatos, incluyendo reuniones bilaterales entre Irán y Estados Unidos, que no tienen relaciones diplomáticas.
El jefe de la diplomacia estadounidense tenía previsto ayer un primer encuentro trilateral con su par iraní, Mohammad Yavad Zarif, y la negociadora europea, Catherine Ashton.
Pese a que las conversaciones se llevan a cabo con la máxima discreción, varias fuentes han apuntado que las negociaciones han encallado en dificultades y no se han logrado avances.
El viceministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Serguéi Riabkov, fue hasta ahora el único en reconocer que las conversaciones se desarrollan en “una atmósfera tremendamente tensa”, y que será “muy difícil” alcanzar un acuerdo.
Riabkov hizo esas declaraciones ayer, poco antes de regresar de Viena a Moscú para consultas con su gobierno.
Ante las señales de estancamiento, la jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini, instó el jueves a Irán a tomar una “decisión estratégica” y cerrar un acuerdo que cambie su estatus en la comunidad internacional.
La cuestión clave que impide un acuerdo es el acceso de Irán al combustible nuclear, que puede ser utilizado para generar energía eléctrica, pero también para alimentar una bomba atómica.
EE. UU. pretende que Irán rebaje de forma considerable el número de sus centrifugadoras de gas , la maquinaria para purificar el uranio.
También la forma de retirar las sanciones internacionales, con rapidez, como pretende Irán, o de forma gradual, como quieren las potencias, es una fuente de discrepancias.
Y, por último, el planeado reactor de agua pesada de Arak , con capacidad de producir plutonio, también genera diferencias.
Teherán ha negado la posibilidad de transformar el reactor en uno que no produzca plutonio, aunque sí aceptó modificar su diseño para reducir la cantidad de ese material radiactivo que pueda producir, y que puede servir también para fines militares.
“En el caso de Arak, hemos dicho que estamos listos para rediseñarlo para reducir las preocupaciones”, declaró en Teherán el jefe de la Organización de Energía Atómica de Irán (AEOI), Alí Akbar Salehí.
El director general del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) , Yukiya Amano, expresó el jueves en Viena su esperanza de que las partes puedan alcanzar un acuerdo.
En todo caso, criticó la falta de progreso en ciertos aspectos de la investigación del programa nuclear iraní por la falta de cooperación de Teherán, sobre todo para esclarecer posibles dimensiones militares de sus actividades nucleares.
“El OIEA puede esclarecer los asuntos pendientes con ayuda de Irán, en un período razonable”, aseguró Amano a la prensa, al margen de una reunión de la Junta de Gobernadores del organismo.
“Quiero que Irán tome acciones concretas para acelerar el proceso”, agregó el responsable de la agencia nuclear de la ONU.