Washington. AFP y EFE. La bandera de Estados Unidos ondeará nuevamente en La Habana este viernes, en una ceremonia que completará el acercamiento diplomático entre los dos antiguos enemigos , y en el centro estará John Kerry, el primer secretario de Estado que viaja a la Isla en 70 años.
La visita, de menos de 12 horas, tan histórica como simbólica, servirá también para discutir los temas espinosos de la relación bilateral –derechos humanos y los disidentes cubanos, pero también el embargo estadounidense – de dos países que oficialmente no se hablaron por más de medio siglo.
El izamiento de la bandera estadounidense será “otro paso” en “un proceso de normalización” entre los dos países, dijo el lunes Mark Toner, portavoz del Departamento de Estado.
La histórica jornada incluirá a otros protagonistas más allá de los altos funcionarios de La Habana y Washington:
Los tres marines que arriaron la bandera estadounidense durante las últimas horas de la Embajada en 1961 volverán al mismo sitio para izarla de nuevo. Para uno de ellos, el excabo Larry Morris, la enseña “vuelve a donde debe estar”.
Morris, Mike East y Jim Tracy viajarán a La Habana como parte de la comitiva que irá con Kerry.
Junto a ellos también volverá a La Habana otro de los testigos del cierre de la sede en 1961: el exdiplomático Wayne Smith , quien ha pasado el último medio siglo abogando por el diálogo entre Estados Unidos y Cuba.
[[BEGIN:INLINEREF LNCVID20150813_0016]]Hugo Cancio[[END:INLINEREF]], uno de los pocos cubanoestadounidenses invitados a la ceremonia, comentó el jueves: “Ver ondear la bandera norteamericana en el malecón de La Habana es un sentimiento tan profundo como el que sentí en Washington” cuando se izó el pabellón cubano el 20 de julio .
Cancio tenía 16 años cuando salió de la Isla, en 1980, con su madre y otros 125.000 cubanos en el llamado éxodo del Marie l. En Estados Unidos cursó sus estudios, se casó, tuvo tres hijas e incursionó exitosamente en el mundo de los negocios.
Arribo de Kerry. El secretario de Estado arribará a La Habana a las 8:35 a. m. (6:35 a. m.) junto con una comitiva de altos diplomáticos y congresistas estadounidenses para la ceremonia.
A pesar del gran simbolismo, la ceremonia es una formalidad pues los dos países restauraron las relaciones diplomáticas plenas el 20 de julio.
Cuba y Estados Unidos rompieron nexos en 1961, pero desde 1977 tenían Secciones de Intereses como embajadas de oficio.
Tras el deshielo, los presidentes Barack Obama y Raúl Castro se reunieron en abril, durante la Cumbre de las Américas en Panamá, y el canciller cubano, Bruno Rodríguez, fue a Washington el 20 de julio para reabrir la Embajada del país latinoamericano.
Cuba también fue retirada de la lista del Departamento de Estado de países que respaldan el terrorismo.
A Kerry lo espera la disidencia al gobierno de Raúl Castro, días después de que varios opositores fueran arrestados durante una manifestación.
“Me reuniré con disidentes (...) Tendré la oportunidad de sentarme con ellos”, dijo el jefe de la diplomacia estadounidense al canal latino Telemundo el jueves.
La reunión con disidentes, lejos de la mirada de la prensa, tendrá lugar en una ceremonia posterior en la residencia del encargado de negocios estadounidense, y no en la Embajada.
En antesala a la reapertura de la misión, las fachadas de viejos edificios de La Habana fueron pintadas y las calles aledañas pavimentadas en tiempo récord.
El escritor estadounidense de origen cubano Richard Blanco, conocido por haber recitado una obra durante la toma de posesión del segundo mandato de Obama, leerá un poema en la ceremonia.
Kerry se reunirá también con Bruno Rodríguez para analizar la agenda bilateral sobre lucha antinarcóticos, seguridad y ambiente, entre otros temas.
Pero un encuentro con Raúl Castro o su hermano Fidel, cuyo cumpleaños 89 se celebró este jueves, fue descartado por autoridades estadounidenses.
A pesar de la muy ajustada agenda, Kerry dijo que espera no partir sin antes dar un paseo por La Habana Vieja.
Desde que Washington anunció en diciembre el reacomodo de su política hacia la Isla, el tono de la relación entre Estados Unidos y la Cuba antiimperialista ha mejorado sustancialmente.
“Es toda una nueva era: luego de 50 años de hostilidades, la apertura de las embajadas finalmente nos permitirá discutir nuestras diferencias de manera civilizada”, expresó Geoff Thale, del Washington Office on Latin América (WOLA).
Pero los complejos temas de fondo –el fin del embargo , que solo puede aprobar el Congreso, o el pago de compensaciones por las estatizaciones– auguran un largo proceso de normalización.