Viena. AFP. Las potencias occidentales aumentaron la presión sobre Irán ayer para llegar a un a cuerdo sobre su programa nuclear , con la llegada de los ministros de las principales potencias a Viena, donde debe cerrarse el acuerdo en principio de aquí al lunes.
Empero, Estados Unidos indicó desde Washington que persisten “divergencias importantes” en el tema nuclear iraní.
“Voy a ser honesto (...) importantes divergencias permanecen”, señaló Eric Schultz, portavoz del Ejecutivo estadounidense en una rueda de prensa realizada a bordo del avión presidencial Air Force One. “Estamos comprometidos en una carrera contrarreloj, la fecha límite es el lunes y nuestros equipos trabajan sin descanso por llegar” a una solución.
El canciller iraní, Mohamed Javad Zarif, afirmó por su parte que las potencias occidentales no hicieron ninguna propuesta “significativa” ayer en Viena.
"Hubo discusiones importantes, pero ninguna propuesta significativa que merezca ser llevada a Teherán”, afirmó Zarif, según dijeron miembros de su delegación.
Obstáculos presentes. Tras meses de reuniones técnicas, el jefe de la diplomacia estadounidense, John Kerry, y Zarif se reunieron varias veces para intentar allanar los últimos obstáculos.
Kerry aplazó ayer su viaje a París para seguir negociando dijo su portavoz Jen Psaki.
Zarif había indicado antes que podría regresar a Teherán para consultar sobre la decisión final, pero sigue en Viena.
El ministro de Exteriores británico, Philip Hammond, reafirmó que aún existen divergencias “muy significativas” entre las partes que negocian un acuerdo.
Con la fecha límite para llegar a un pacto fijada en el 24 de noviembre, tanto Irán como Occidente deberán hacer difíciles concesiones si quieren lograr el histórico y esperado acuerdo.
Las posiciones de las partes parecen haberse acercado en varios puntos, aunque existen diferencias mayores entre Irán y las grandes potencias 5+1 (China, Estados Unidos, Francia, Rusia, Reino Unido y Alemania).
Los 5+1 pretenden que Teherán reduzca considerablemente su capacidad de enriquecimiento de uranio para evitar que obtenga la bomba atómica.
Irán, por su parte, quiere conservar e incluso aumentar esa capacidad pues argumenta que el uso que pretende darle es exclusivamente civil, no militar, y que el país la necesita para alimentar sus futuras centrales nucleares.
Los iraníes exigirían también el fin inmediato de las sanciones que ahogan su economía desde hace una década. En el corto plazo, los 5+1 ven poco realista satisfacer esta demanda.
En cualquier caso, “todos los elementos para un acuerdo están sobre la mesa”, aseguró el ministro de Relaciones Exteriores ruso, Sergéi Lavrov, desde Moscú.
Lavrov sugirió que un momento tan avanzado de las discusiones podría existir una “tentación” de las partes de lanzar algunas “ideas suplementarias” para obtener más de lo que se necesita, “pero el sentido común y el deseo de llegar a un compromiso se impondrán”, afirmó.