Atenas. AFP. El líder de la izquierda contra la austeridad en Grecia, Alexis Tsipras , ha recorrido un largo camino desde desde sus inicios como joven activista comunista.
Tsipras, quien podría ser a los 40 años el más joven primer ministro griego en siglo y medio, concita la esperanza de la izquierda europea antiliberal.
Aunque no pertenece a una dinastía política –algo usual en Grecia– el dirigente izquierdista fue un prematuro militante.
El país lo descubrió como representante de un movimiento estudiantil en una comparecencia en televisión, en 1990, cuando, aún adolescente, dijo: “Queremos tener el derecho de decidir cuándo vamos a clases”.
Desde entonces, ha conservado un rostro juvenil, su admiración por el Che Guevara y culminó sus estudios en Atenas, donde obtuvo un diploma de ingeniero civil.
Syriza, que Tsipras dirige desde el 2008, ya fue impulsada como segunda fuerza del país y principal partido de oposición tras las elecciones legislativas del 2012.
Con 16,78% de los votos, Syriza multiplicó por cuatro su votación de las precedentes elecciones del 2009 e hizo volar en pedazos el bipartidismo que dominaba el país desde la caída del régimen de los coroneles, en julio de 1974.
Tsipras construyó el éxito de su partido sobre el rechazo a las medidas “bárbaras” del memorando de acuerdo entre Grecia y sus interlocutores internacionales , que condiciona los préstamos de ayuda al país a un drástico programa de austeridad y reformas estructurales.
Tsipras había debutado temprano en política, en el seno de las juventudes comunistas griegas KKE, a fines de los años 80.
Tras abandonar la juventud comunista, Alexis Tsipras se afilió a Synaspismos, pequeño partido eurocomunistaa.
A los 33 años es elegido presidente de ese partido que en el 2008 se transforma en una coalición con el nombre de Syriza, que se distingue de los comunistas por su posición favorable a Europa.
En las elecciones del 2009, Syriza obtuvo 4,6% de los votos, por debajo de lo esperado, debido, según los analistas, al apoyo que aportó a los disturbios urbanos que sacudieron a Grecia después de la muerte de un joven baleado por la policía.
No obstante Tsipras accedió a un escaño en el Parlamento.
Fue la eclosión de la crisis de la deuda en el 2010 y los años siguientes de cataclismo económico los que dieron una creciente audiencia a esta izquierda radical y a su líder, que denunciaron la “crisis humana” causada por las medidas de austeridad impuestos por la Unión Europea y el FMI a cambio de multimillonarios préstamos para salvar al país de la quiebra.
Ahora, en las puertas del poder, Tsipras cuida su imagen internacional. Gracias a sus notables progresos en inglés, ha multiplicado las visitas al extranjero, entre ellas al presidente del Banco Central Europea (BCE), Mario Draghi; al ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schaeuble –en las antípodas de Tsipras, ya que es defensor a ultranza de la disciplina presupuestaria– y al papa Francisco.
El líder de la izquierda griega ha moderado su discurso, aunque en algo sí se mantiene inflexible: “Nunca me han visto llevar corbata hasta ahora, y hay pocas posibilidades de que eso ocurra”.
Tsipras es muy discreto sobre su vida privada. Vive con su compañera sin estar casado con ella, pese al conservadurismo de las costumbres griegas. Tiene dos hijos.