Beijing
Fue un gesto amable en una noche fría, cuando Vladimir Putin acercó un chal a la esposa del presidente chino Xi Jinping, mientras éste platicaba con Barack Obama. El problema fue que Putin se vio galante, mientras que en la cumbre organizada por China se le vio torpe y desatento.
Todavía peores fueron las bromas que comenzaron a circular sobre las verdaderas intenciones del presidente divorciado, un rompecorazones para muchas mujeres en China por su aspecto de macho y hombre de acción.
Eso fue demasiado para las autoridades chinas.
El incidente ocurrido durante la cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC, por sus siglas en inglés) fue transmitido inicialmente por la televisora estatal CCTV y se extendió en internet.
Sin embargo, rápidamente fue eliminado del ciberespacio chino, reflejando el intenso control que las autoridades ejercen sobre cualquier material polémico sobre sus líderes, mientras también pone en relevancia las diferencias culturales por lo que es considerado un comportamiento público aceptable.
"China es conservadora por tradición en lo que se refiere a la interacción entre hombres y mujeres no relacionados y la demostración pública de Putin puede dar paso a bromas que posiblemente no le agraden al gran jefe”, dijo el historiador y comentarista independiente Zhang Lifan, quien vive en Beijing.
La propaganda oficial ha construido la imagen de Xi y su esposa Peng Liyuan como una pareja amorosa. Fotos de Xi cubriendo de la lluvia a Peng en una visita de Estado, eligiendo flores para ella o simplemente tomándola de la mano han circulado ampliamente en las redes sociales en China, causando muchas exclamaciones de admiración.
Peng era una popular cantante de folk que alguna vez llegó a ser más famosa que su esposo y en contraste con otras primeras damas, ha tomado un papel mucho más público acompañando a Xi a viajes al extranjero con la idea de suavizar la imagen de China.
Sin embargo, Putin arruinó el libreto el lunes en la noche, mientras Xi hablaba con el presidente estadounidense.En el video, Peng se pone de pie y acepta diplomáticamente el chal gris que le ofrece Putin y le agradece con una breve reverencia. Sin embargo, ella de inmediato se lo quita y se pone un saco negro que le ofrece su propio asistente.