Varsovia
En la víspera de su primer encuentro con el presidente ruso, Vladimir Putin, el mandatario estadounidense, Donald Trump, prometió el jueves hacer frente a "nuevas formas de agresión" contra Occidente y llamó a Moscú a dejar de fomentar agitación en el mundo. Pero se abstuvo de condenar a Moscú por interferir en las elecciones presidenciales en Estados Unidos.
Alentado por una muchedumbre de polacos que coreaban su nombre, Trump trató de mostrar que no estaba ignorando acciones rusas que han generado consternación global, especialmente en naciones vecinas en Europa central y oriental. Advirtió de que los intereses de Occidente eran objeto de presión por "propaganda, delitos financieros y guerra cibernética", lo cual obliga a la OTAN a adaptar su estrategia.
"Llamamos a Rusia a cesar sus actividades de desestabilización en Ucrania y otras partes, y su apoyo a regímenes hostiles, incluyendo Siria e Irán, y sumarse a la comunidad de naciones responsables en nuestra lucha contra enemigos comunes y en defensa de la civilización", dijo en un discurso en la plaza Krasinski.
En una conferencia de prensa antes del mensaje, cuestionó la veracidad de reportes de la inteligencia estadounidense sobre interferencia extranjera en las elecciones presidenciales y argumentó que Rusia no era el único país que pudo haber interferido.
Rusia "pudo" haber interferido en las elecciones presidenciales del 2016 que lo llevaron al poder. "Creo que pudo ser perfectamente Rusia. Pienso que también pudo haber otros países. No seré específico. Pero creo que mucha gente interfirió", afirmó.
La reunión de Trump con Vladimir Putin durante la cumbre del G20 en Hamburgo, en Alemania, será observada con atención por sus pares, pero también en Estados Unidos, donde la influencia rusa en el entorno de Trump está en la mira.
Interés común. Además de las críticas a Rusia, Trump quiso dar confianza a sus aliados europeos y de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).
"Estados Unidos ha probado, no solo con palabras, sino con actos, que apoyamos firmemente el artículo 5 del tratado de la OTAN, expresó, un mes y medio después de una intervención en Bruselas donde de manera deliberada escogió no reiterar el compromiso estadounidense de respetar ese apartado relativo a la defensa mutua.
"La relación transatlántica entre Estados Unidos y Europa es siempre fuerte, y tal vez, en ciertos aspectos, incluso más fuerte que nunca", agregó.
Trump estimó que el futuro de Occidente está amenazado si las naciones y sus ciudadanos no se muestran determinados.
"La experiencia de Polonia nos recuerda (que) la defensa de Occidente se basa en última instancia no solo en los medios, sino también en la voluntad de sus habitantes para imponerse", expuso el mandatario.
"La cuestión fundamental de nuestra época es si Occidente tiene la voluntad de sobrevivir", continuó.
Trump habló de un Occidente confrontado a desafíos existenciales, como "defender nuestra civilización" contra el terrorismo, la burocracia y la erosión de las tradiciones.
Trump inició su gira europea por Polonia, país proestadounidense cuyos dirigentes conservadores se sienten cercanos a sus ideas.
Una primera etapa fácil antes de dirigirse el jueves por la noche a Hamburgo, donde sus homólogos de los 20 países más industrializados y emergentes lo esperan para tratar temas complejos, en medio de tensiones transatlánticas y la amenaza nuclear norcoreana.