París
La campaña electoral en Francia concluyó el viernes con un último esfuerzo de los dos candidatos presidenciales, Marine Le Pen y Emmanuel Macron, por atraer a votantes que no quieren ni a uno ni al otro y con una denuncia de última hora del equipo del segundo que reveló una "acción de pirateo masivo y coordinado" tras la difusión en Internet de informaciones "internas", entre ellas correos electrónicos.
Los archivos, que incluyen además documentos de contabilidad, "fueron obtenidos hace varias semanas mediante el pirateo informático de casillas de correo electrónico personales y profesionales de varios responsables del movimiento", precisó la agrupación ¡En Marcha! que lidera Macron. Añadió que se trata de documentos "legales".
Tampoco la sombra de un posible ataque terrorista estuvo ausente. Un supuesto islamista que había jurado lealtad al Estado Islámico (EI) fue detenido este viernes en los alrededores de la base militar de Évreux, al noroeste de París. El sospechoso es un exmilitar, de 34 años, en cuyo auto se halló una grabación en la que jura fidelidad al grupo terrorista.
En un matorral cercano a la instalación militar, las autoridades encontraron un fusil, dos pistolas y municiones. Los investigadores trataban de aclarar si pretendía llevar a cabo un atentado o si se trataba de una etapa preparatoria.
Según Wikileaks, que difundió la información sobre la piratería al comando de campaña de Macron, se trata de "decenas de miles de correos electrónicos, fotos y anexos con fecha hasta el 24 de abril"; es decir, el día siguiente de la primera vuelta de las elecciones, que clasificó para el balotaje de este domingo a Macron y a la candidata de extrema derecha, Marine Le Pen.
Wikileaks aseguró no ser el autor de la operación de pirateo a la que denominó Macronleaks.
Robo de documentos. "Los archivos que circulan fueron obtenidos hace varias semanas gracias al pirateo de correos electrónicos personales y profesionales de varios responsables del movimiento", precisó ¡En Marcha! en un comunicado.
"El movimiento ¡En Marcha! fue víctima de una acción de pirateo masivo y coordinado que esta noche ha dado lugar a la difusión en las redes sociales de informaciones internas de naturaleza diversa (correos electrónicos, documentos de contabilidad, contratos)", indicó la agrupación.
"Quienes están haciendo circular estos documentos agregan a documentos auténticos muchos otros que son falsos, para sembrar dudas y desinformación", afirmó el equipo de Macron, al destacar que la operación realizada "en la última hora de la campaña oficial", constituye "claramente una desestabilización democrática, como ya ocurrió en Estados Unidos durante la campaña presidencial".
Los servicios de inteligencia norteamericanos acusaron a Rusia de interferencias en la campaña electoral norteamericana el año pasado a favor de Donald Trump, en particular por medio del pirateo del Partido Demócrata, de Hillary Clinton.
"Durante toda la campaña, ¡En Marcha! ha sido el movimiento más afectado por esas tentativas, de manera intensa y reiterada", aseguró el comunicado del movimiento de Macron.
Según miembros de su equipo, "la ambición de los autores de la filtración es obviamente perjudicar al movimiento ¡En Marcha! a escasas horas de la segunda vuelta de las elecciones presidenciales francesas".
"Obviamente, los documentos pirateados son todos legales y traducen el normal funcionamiento de una campaña presidencial. Su difusión divulga informaciones internas pero no nos preocupa en lo que se refiere a la legalidad y la conformidad de los documentos", insistieron sus allegados.
Acabó la campaña. Esa denuncia trascendió al cierre de una campaña electoral belicosa en la que tanto Macron como Le Pen procuraron captar la adhesión de ciudadanos poco entusiasmados por darles el apoyo.
Los dos candidatos cerraron el viernes una pugnaz campaña para intentar conquistar los votos que ambos necesitan de muchos electores que no simpatizan con ninguno de los dos.
Macron fue abucheado el jueves en un acto electoral y el viernes Le Pen fue insultada en Reims (noreste) al visitar por sorpresa la catedral donde se coronaban a los reyes franceses.
Centenares de estudiantes se manifestaron además en París para rechazar a ambos candidatos.
El hecho de que los dos se presenten como candidatos "antisistema" ha sido insuficiente para atraer a muchos votantes, pese a que en la primera vuelta del 23 de abril éstos dijeron "basta" a los partidos tradicionales (conservadores y socialistas).
A Macron, de 39 años, exbanquero y exministro de Economía del impopular presidente socialista saliente, François Hollande, se le reprocha su política liberal y se le acusa de representar los intereses de la clase empresarial y pudiente.
Le Pen, de 48 años, pese a sus esfuerzos de romper con la imagen antisemita y xenófoba del Frente Nacional, es rechazada ampliamente por su política antiinmigración, antieuropea y su voluntad de desconectar a Francia de la globalización.
Un sondeo publicado este viernes acrecentó la ventaja de Macron sobre Le Pen, al condederle 61,5% de intenciones de voto, frente a 38,5% para la ultraderechista.
El número de indecisos sería del 16% y la abstención podría ser netamente superior a la de la segunda vuelta del 2012, cuando fue próxima al 20%.
Una de las incógnitas es qué harán buena parte de los simpatizantes del izquierdista Jean-Luc Mélenchon (19,6% de los votos en la primera vuelta), que rechazan elegir entre "la peste" y "el cólera".
La campaña, una de las más virulentas que se recuerdan en Francia, tuvo un punto de inflexión con el debate televisado del miércoles, en el que Le Pen se mostró muy agresiva con Macron. Desde entonces, éste acrecentó su distancia en los sondeos.
El presidente Hollande dijo que Macron "debería" obtener el domingo "la puntuación más elevada" frente a la extrema derecha y advirtió sobre el riesgo de poner "el arma nuclear" en manos "de cualquiera", en alusión a Le Pen.
De ganar, Macron expresó el viernes que ya tiene decidido quién será su primer ministro, aunque no lo anunciará hasta el "traspaso de poderes", a más tardar el 14 de mayo.