Zagreb. EFE. Eslovenia desplegó al Ejército para reforzar el control de sus fronteras y solicitó la ayuda de la Unión Europea (UE) después que el pequeño país balcánico se ha visto desbordado por la llegada de alrededor de 20.000 migrantes en los últimos cuatro días.
“Eslovenia pide a los países miembros de la UE y a las instituciones europeas que tomen parte activa en afrontar este peso de magnitud desproporcionada para nuestro Estado”, manifestó el gobierno del centrista Miro Cerar.
Este país de dos millones de habitantes ya agotó su capacidad para acoger y atender a los miles de migrantes que han entrado en su territorio después de que Hungría sellase su frontera con Croacia, el sábado.
De acuerdo con fuentes oficiales, unos 19.500 inmigrantes y refugiados arribaron al país desde ese momento.
Eslovenia ha tratado de limitar el flujo de llegadas, lo que ha causado un efecto dominó con congestiones en el paso de migrantes en otras fronteras, como la de Serbia con Croacia.
Además de la movilización del Ejército, las autoridades eslovenas no descartaron otro tipo de “medidas físicas” para mejorar el control de las entradas, aunque erigir una valla a lo largo de sus 670 kilómetros de frontera con Croacia se considera imposible.
Espera bajo el frío. Entre tanto, miles de personas pasaron la noche bajo la lluvia y el frío, a la espera de que se les permitiera el paso desde Serbia a Croacia y desde este país a Eslovenia, dos fronteras que sufren aglomeraciones en la ruta que siguen los migrantes hacia Alemania y otros países de Europa occidental.
“La noche pasada ha sido una de las más difíciles. Hemos tenido una afluencia enorme de gente, muchas familias separadas. Personas que llegaban literalmente desnudas y descalzas, empapadas de lluvia”, comentó a los medios la portavoz de la Cruz Roja croata, Katarina Zoric.
Las ambulancias y los equipos sanitarios tuvieron que atender en esa frontera a varias mujeres embarazadas y niños que presentaban síntomas de hipotermia.
El Gobierno esloveno informó de que el lunes entraron en el país 8.000 personas, en tanto Austria admitió solo a 2.000, y volvió a criticar a Croacia, país al que acusó de no comportarse conforme a las normas europeas y de limitarse a llevar gente a su frontera.
El Ministerio del Interior de Austria niega que esté bloqueando o ralentizando la entrada de refugiados, sino que se limita a aplicar controles fronterizos.
“No ha habido ningún cambio en la política respecto a las últimas semanas”, aseguró Karl-Heinz Grundböck, portavoz del Ministerio Interior.
Con 140 soldados eslovenos, así como camiones y blindados, ya desplegados en la frontera con Croacia, el Parlamento tiene previsto aprobar este miércoles la legislación que permita a los militares ayudar en los trabajos de vigilancia fronteriza.
Para que la normativa reciba el visto bueno, se requiere la aprobación de dos tercios de la Cámara, lo cual no será difícil dado el apoyo tanto del Gobierno como de la oposición a la medida.
La canciller croata, Vesna Pusic, declaró el martes que la presencia del Ejército esloveno en la frontera no empeorará las relaciones entre ambos países.
“El problema lo debemos resolver conjuntamente. Las acusaciones mutuas y echarnos la responsabilidad unos a otros, no va a ayudar. Si de Grecia parten 10.000 refugiados, van a pasar todos por aquí, pero no van a quedarse ni en Croacia ni en Hungría, ni en Eslovenia; todos van a Austria o Alemania”, afirmó.
Con todo, la ministra no descartó que si Eslovenia cierra su frontera, también lo haga Croacia.
El diario Jutarnji List de Zagreb aseguró el martes que el Gobierno croata ya tiene preparado todo para empezar, llegado el caso, la construcción de una valla en la frontera con Serbia, que estaría lista en dos semanas.
El primer ministro croata, Zoran Milanovic, apuesta a que la crisis de los refugiados estará resuelta para la próxima primavera.