Bruselas AFP y EFE. La Comisión Europea (CE) presentó ayer un plan de acción para luchar contra la inmigración y evitar los naufragios en el Mediterráneo . Este contempla repartir entre los Estados miembros la acogida de los demandantes de asilo.
La iniciativa, propuesta por el presidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker , procura evitar que los inmigrantes se lancen al Mediterráneo para alcanzar las costas europeas, rescatar a los que se encuentran en dificultad en el mar y gestionar su acogida en la Unión Europea (UE) de manera más equitativa entre los Estados miembros.
Sin embargo, esta medida parece ya descartada, tanto por la oposición de Gran Bretaña, que rechaza a todos los refugiados, como la húngara, que no quiere cuotas por países.
La ministra de Interior británica, Theresa May, declaró la hostilidad total de su país.
“Los migrantes que intentan llegar a la UE cruzando el Mediterráneo, deberían ser reenviados”, afirmó a la prensa.
May no hizo distinción entre si se trata de personas que obtuvieron el estatus de refugiados, que tienen abiertas las vías legales para llegar a Europa, o si son aspirantes a obtenerlo.
“Estoy en total desacuerdo con Federica Mogherini (la jefa de la diplomacia europea) cuando asegura que ningún migrante o refugiado interceptado en mar será reenviado contra su voluntad”, insistió. Dijo que ese enfoque solo “alentaría a más gente a arriesgar su vida”.
“Lo peor sería no hacer nada, mantener el sistema actual”, le respondió en una conferencia de prensa el número dos de la Comisión Europea, Franz Timmermans.
El plan. Básicamente, la CE propone activar un sistema temporal de cuotas para distribuir entre los Estados comunitarios a los demandantes de asilo que ya están en la UE, así como un mecanismo para absorber a 20.000 refugiados de terceros países dentro de su nueva estrategia migratoria.
Ambas medidas, que la CE detallará a finales de mes, estarán regidas por un criterio de distribución que tendrá en cuenta factores como la situación económica (el PIB y la tasa de desempleo), la población y los esfuerzos realizados previamente por los Estados miembros.
Conforme a este criterio, España sería el cuarto país de la UE que más demandantes de asilo debería aceptar de los que ya se encuentran en territorio comunitario, luego de Alemania, Francia e Italia, y el quinto en recibir refugiados de terceros países (1.549 del total de 20.000 ofrecidos por la UE para 2015 y 2016).
“Según datos de Eurostat (oficina comunitaria de estadística), en el 2014 el 72% de las demandas de asilo se concentró en cinco Estados miembros (Alemania, Suecia, Italia, Francia y Hungría). Se trata de una situación insostenible que hay que revisar”, sostuvo Timmermans.
“Necesitamos transformar en acción nuestras palabras sobre la necesidad de solidaridad”, recalcó.
La Comisión presentará a fines de mayo un programa de “reasentamiento”, con las 20.000 plazas ofrecidas distribuidas entre los Estados miembros, para acoger a los refugiados protegidos por la oficina del Alto Comisionado para los Refugiados (Acnur) que se encuentran en terceros países (principalmente sirios en campos de refugiados de Turquía, Líbano o Jordania).
Según el plan el 18% de los nuevos solicitantes de asilo los recibiría Alemania, Francia el 14%, Italia el 12% y España el 9%. Para las 20.000 plazas Alemania recibiría 3.086 refugiados, Francia 2.375, es decir el triple de lo que propuso París en la última cumbre de abril, y España 1.549.
Amnistía Internacional celebró este “paso para resolver la crisis humanitaria en el Mediterráneo” pero deseó que no sea “socavada por los Estados miembros”.
Una de las medidas inmediatas que propone la Comisión apunta a evitar los dramáticos rescates en el Mediterráneo. Para ello triplica las capacidades financieras de las operaciones Tritón, en las costas italianas, y Poseidón, en las de Grecia.
Propone también una “operación en el Mediterráneo” para “desmantelar las redes de traficantes y combatir el tráfico de personas”. Para ello la UE presentó esta semana en el Consejo de Seguridad un plan de acción con el que busca actuar militarmente con una operación naval en las costas libias y en alta mar, al amparo de una resolución.
Para fin de año se creará además un centro piloto en Níger, en la ruta que utiliza la inmigración subsahariana, para ofrecer “información y posibilidades de reinstalación a las personas en necesidad”.