Minsk
Ucrania y los rebeldes separatistas firmaron en Minsk una hoja de ruta para restablecer la paz en el este de Ucrania, que incluye un alto el fuego desde el 15 de febrero y la retirada de armas pesadas de la línea de frente.
"El Grupo de Contacto firmó el documento que preparamos con mucha tensión", indicó el presidente ucraniano Petro Poroshenko, tras 16 horas de negociaciones en Minsk, en las que participaron los presidentes ruso Vladimir Putin, y francés François Hollande, además de la canciller alemana Angela Merkel.
El acuerdo, que según Alemania está lejos de garantizar la paz en Ucrania, retoma las grandes líneas de los acuerdos firmados también en Minsk en setiembre pasado.
Prevé un alto el fuego a partir del domingo, la retirada de beligerantes y de armas pesadas, y la ampliación de 30 kms a entre 50 y 70 kms de una zona tapón en torno a la línea del frente.
El acuerdo fue confirmado por Putin. "Conseguimos alcanzar un acuerdo sobre lo esencial", declaró el presidente ruso.
A su vez, el líder separatista prorruso Alexander Zajarchenko afirmó que la hoja de ruta firmada este jueves alumbra la "esperanza de una resolución pacífica" del conflicto iniciado en abril en el este de Ucrania.
"No tenemos más remedio que darle esta oportunidad a Ucrania ; todo el país cambiará", dijo otro líder rebelde, Igor Plotnitsky, después de que ambos firmaran el documento.
Por su parte, François Hollande habló de una "solución política global y un alto el fuego" en Ucrania .
Añadió que hay "una esperanza real" de resolver el conflicto aunque "no todo está hecho".
La canciller alemana rebajó claramente el optimismo exhibido por los demás dirigentes, al declarar que no se hace "ninguna ilusión", ya que quedan "todavía grandes obstáculos" que superar antes de resolver el conflicto.
"Ahora tenemos un rayo de esperanza", dijo Merkel en Minsk, según declaraciones transmitidas por sus consejeros.
Pero "no me hago ninguna ilusión, no nos hacemos ilusiones", añadió. "Habrá todavía grandes obstáculos por delante (...) aunque hay una verdadera ocasión de hacer evolucionar las cosas para mejor".
Poroshenko, Putin, Hollande y Merkel pasaron la noche en blanco en la capital de Bielorrusia negociando un acuerdo que ponga fin a diez meses de guerra en el este de Ucrania entre tropas leales a Kiev y separatistas prorrusos, que ha dejado ya más de 5.300 muertos.
El conflicto en el este de Ucrania ha generado el peor periodo de confrontación entre Rusia y los países occidentales desde el final de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas en 1991.
Desde Washington, el presidente estadounidense, Barack Obama, había advertido al Kremlin que "si Rusia continúa con sus agresiones a Ucrania , sobre todo enviando soldados, armas y financiando a los rebeldes, el precio a pagar aumentará".