El fragmento del ala de avión encontrado en la isla francesa de La Reunión llegó este sábado a un laboratorio especializado cerca de Toulouse (sur de Francia), para ser analizado y determinar si se trata de un trozo del Boeing 777 de Malaysia Airlines desaparecido en marzo de 2014.
La pieza de dos metros de largo hallada el miércoles en la isla ubicada en el océano Índico había llegado el sábado por la mañana temprano (04H00 GMT) al aeropuerto de Orly, al sur de la capital francesa, en un vuelo comercial de Air France.
Posteriormente, un convoy escoltado por la gendarmería tomó la carretera para hacer llegar los restos a un laboratorio de la Dirección General de Armamento y Técnicas Aeronáuticas situado en Balma, cerca de Toulouse.
El flaperón, un pequeño postigo que bordea las alas de avión y que los pilotos accionan durante el despegue y aterrizaje del aparato, será examinado a partir del miércoles.
Cuatro responsables malasios, incluido el director de la aviación civil, Azharuddin Abdul Rahman, y representantes de Malaysia Airlines, se encontraban este sábado en París.
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Allí celebrarán el lunes, junto a un representante de la justicia malasia, una reunión a puerta cerrada con uno de los tres jueces franceses encargados de la investigación, un experto francés y gendarmes.
"Viajaremos a Toulouse en los dos próximos días. Esperamos comprobar el miércoles si el flaperón procede o no del MH370", declaró Abdul Rahman.
La empresa estadounidense Boeing también enviará un equipo "técnico" para participar en el análisis de este fragmento que lleva la inscripción "657BB". Esta marca indica que se trata de un Boeing 777, según varios expertos.
Los restos de una maleta hallados al día siguiente del descubrimiento del trozo de ala serán analizados en un laboratorio de la gendarmería en la región parisina.
La justicia francesa también se ha hecho cargo de la investigación porque cuatro de las 239 víctimas de la catástrofe del 8 de marzo de 2014 eran franceses. Entre los pasajeros había una mayoría de 153 chinos, así como australianos y malasios, principalmente.
Los investigadores esperan, con esta primera pista concreta, poder desentrañar por fin el misterio del vuelo MH370 que volaba entre Kuala Lumpur y Pekín cuando desapareció sin dejar rastro.
La ministra de Relaciones Exteriores australiana, Julie Bishop, subrayó el sábado esta "primera señal positiva" del descubrimiento de una parte del aparato.
Restos a examinar. El mar depositó esta semana otros residuos en el mismo lugar del hallazgo.
La gendarmería francesa recuperó dos botellas de origen asiático, una de detergente en la que se puede leer "Yakarta Indonesia" y otra de agua mineral con ideogramas.
Un policía inspeccionaba este sábado la misma playa, en busca de nuevos restos del aparato, contaron habitantes de la zona.
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Hasta ahora no se había hallado ningún rastro del MH370, a pesar de las intensas búsquedas dirigidas por Australia en el sur del océano Índico, donde unos satélites registraron las últimas señales emitidas por los sistemas de comunicación del aparato.
La explicación más plausible de lo ocurrido, según los responsables de la investigación, es que una brusca caída del nivel de oxígeno en el aparato dejara a la tripulación y a los pasajeros inconscientes. El avión habría pasado a volar en piloto automático hasta su caída al mar por falta de carburante.
Después de varias falsas alarmas, las familias de los desaparecidos recelan de las autoridades de los países implicados en las labores de búsqueda.
El francés Ghyslain Wattrelos, que perdió a su esposa y a dos de sus tres hijos en el accidente, dijo estar "muy contento" de que el hallazgo se hubiera producido en Francia y pidió el final de la "omertá" ("ley del silencio") y de la "desinformación" en torno a lo ocurrido.
"Ya no queremos oír a las autoridades decir que están seguras al 99%. Queremos una confirmación al 100%", declaró, por su parte, la asociación de familiares de las víctimas chinas.
El accidente suscitó todo tipo de especulaciones sobre la suerte del avión, desde un fallo mecánico hasta un acto terrorista.
El 29 de enero, Malasia declaró oficialmente que la desaparición había sido un accidente y que los pasajeros se daban por muertos, provocando la cólera de los familiares.