Budapest y Belgrado
Hungría solicitó este martes más recursos a la Unión Europea (UE) para atender la oleada de miles de solicitantes de asilo que llegan al país tras cruzar los Balcanes, en la mayor crisis de refugiados del Viejo Continente en las últimas décadas.
Un goteo continuo de personas -muchas de ellas de Siria, Irak y Afganistán- alcanzan a pie o en tren Hungría desde Serbia, en su última etapa antes de seguir viaje hacia Europa Occidental, especialmente Alemania y los países escandinavos.
Más de 120.000 personas han entrado en lo que va de año en Hungría, el primer país en su ruta que pertenece a la UE y de la conocida como zona Schengen, que permite la libre circulación a través de 26 Estados europeos.
El lunes se registró el mayor número de entradas de refugiados en una sola jornada en lo que va de año, alrededor de 2.000, pocos días antes de que Hungría termine de levantar una primera valla coronada con cuchillas, de metro y medio de altura, a lo largo de sus 175 kilómetros de frontera con Serbia.
Hasta noviembre las autoridades húngaras quieren reforzar esa primera valla con la construcción a poca distancia de una segunda, de cuatro metros de altura.
Éxodo sin fin. El pasado fin de semana unos 7.000 refugiados entraron en Serbia desde Macedonia y se espera que crucen ese país para llegar a Hungría en los próximos días.
"Es imposible predecir exactamente cuándo llegarán a la frontera húngara. Estimamos que será mañana o pasado" , dijo Ernö Simon, portavoz de la oficina húngara del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur).
Las imágenes difundidas por los medios húngaros muestran que la alambrada erigida no detiene a quienes buscan asilo, que utilizan mantas o sacos de dormir para cubrir las cuchillas y saltar por encima de ella.
Simon denunció que varios voluntarios han informado de que algunos refugiados han sufrido cortes en los brazos y el cuerpo tras saltar la alambrada.
La Comisión Europea ha criticado la valla de Hungría, pero no ha tomado ninguna medida contra ella.
El Gobierno nacionalista húngaro ha asegurado que ha tenido que levantar esa alambrada en su frontera porque no puede esperar a que la UE encuentre una solución y se ha visto forzado a actuar "sin demora" .
Reclamo húngaro. El ministro húngaro de Gobernación, János Lázár, declaró en una entrevista publicada el martes por el diario Magyar Hírlap que la UE "distribuye los fondos para la defensa de sus fronteras de una manera humillante" y solicitó un incremento "significativo" del dinero para "defender Europa".
El Ejecutivo húngaro del primer ministro conservador Víktor Orban ha adoptado una línea más dura que otros Estados respecto a los refugiados, vinculándolos a un incremento de la delincuencia, el terrorismo y el desempleo.
"Si no tomamos medidas, nos convertiremos en un bote salvavidas que se hunde bajo el peso de aquellos que se aferran a él" , alertó Lázár.
Para Acnur, la construcción de la valla puede llevar a los refugiados a buscar otras vías de acceso a Europa Occidental.
Esa posibilidad ya ha despertado la preocupación de Croacia, cuyo Gobierno ha asegurado que tratará de ayudar a los solicitantes de asilo en la medida de sus posibilidades.
Desde las guerras que llevaron a la desintegración de la antigua Yugoslavia en la década de los 90, en los Balcanes no se había visto un flujo de personas de esta magnitud.
En Austria, el canciller federal, Werner Faymann, abogó el martes por el sistema de cuotas para repartir a los refugiados y criticó a los países que se oponen a esa propuesta de la Comisión Europea.
"Hay que criticar eso (la postura de países contrarios al reparto de cuotas planteado por la Comisión Europea) porque no podemos avanzar sin esas cuotas" , indicó Faymann a la emisora de radio pública ORF.
El jefe del Gobierno austríaco expresó su esperanza en que su Ejecutivo, junto con los de Alemania y Francia, logren convencer a los demás socios para acordar el reparto de los miles de refugiados que llegan a diario a territorio comunitario.