Niza. AFP, AP, Redacción ¿Fue un atentado del yihadismo islámico o fue solo la acción de un hombre deprimido e inestable? Aún no hay respuestas para esta pregunta sobre las causas de la masacre del jueves en esta hermosa ciudad costera de Francia.
El hombre que mató a 84 personas haciendo rodar a alta velocidad contra la multitud un camión alquilado de 19 toneladas, tiene, hasta este viernes, un único vínculo con el islam: su nombre.
Mohamed Lahouaiej-Bouhlel , de 31 años, nació en la ciudad tunecina de Susa y era residente en Niza, “capital” de la Costa Azul.
Casado y padre de tres hijos, este conductor transportista estaba en proceso de divorcio. Es descrito por sus vecinos como un hombre taciturno y violento con su mujer.
Su padre, Mohamed Mondher Lahouaiej-Bouhlel, declaró desde la ciudad de Msaken, en el este de Túnez, que su hijo tuvo problemas que le provocaron una depresión nerviosa.
“Se volvía colérico, gritaba, rompía todo lo que se encontraba por delante”.
La familia lo llevó al médico, según su relato, y este le recetó medicamentos contra los nervios. Estaba “siempre solo, siempre deprimido” y no quería hablar, agregó.
El padre del autor de la masacre asegura que el joven partió para Francia y tenía pocas noticias de él. Afirma que no tenía “ningún vínculo con la religión. No rezaba, ni ayunaba, bebía alcohol y hasta se drogaba”.
Reservistas. Francia llamó a su reserva operativa de 25.000 elementos –sobre todo exmilitares o expolicías– para que releve a sus agotados oficiales, que han estado bajo presión mes tras mes por el estado de emergencia.
El presidente François Hollande amplió el estado de emergencia que decretó tras los ataques terroristas del 13 de noviembre en Parí, los que cobraron la vida de 130 personas y que el grupo Estado Islámico se atribuyó.
Ese estado de emergencia estaba a días de ser levantado, pero en vez de eso, fue extendido por tres meses más. Hollande dijo que el ataque fue “innegablemente de naturaleza terrorista”.
El primer ministro, Manuel Valls, comparte esa idea. Sin embargo, el ministro del Interior, Bernard Cazeneuve, no confirma aún esta relación con el “yihadismo radical”.
El fiscal de lucha antiterrorista, François Molins, cree que este nuevo ataque aún no reivindicado corresponde a los “llamados al asesinato” lanzados por grupos yihadistas.
Sin embargo, destacó que Lahouaiej-Bouhlel era “totalmente desconocido para los servicios de inteligencia y nunca había estado fichado ni mostrado el menor signo de radicalización”.
Sí era conocido de la Policía y de la Justicia por su historial de “amenazas, violencia y robo”.
Caos y muerte. Cientos de testimonios surgieron el viernes sobre la matanza . En general, concuerdan en que el conductor avanzó durante dos kilómetros sembrando caos y muerte.
El vehículo avanzó contra la gente y el conductor disparó varias veces, hasta que fue abatido por las fuerzas de seguridad. “Cambió de trayectoria al menos una vez”, según la policía, lo que significa que “trató de causar un máximo de víctimas”.
Entre los al menos 84 muertos, estaban una decena de niños y adolescentes.
En el momento del drama, cientos de personas acababan de presenciar en el paseo de los Ingleses, la rambla costera de Niza, los fuegos artificiales con motivo del aniversario de la toma de la Bastilla.
“Había gente triturada por las calles. Dos pequeños de 8 y 9 años murieron al lado de nosotros” ante los ojos de sus padres, relató un hombre desde un hospital.
A petición de Francia, la lucha antiterrorista se añadió a la agenda de los 28 ministros de Exteriores de la Unión Europea, que se reunirán el lunes en Bruselas.
El del jueves es el segundo peor atentado en Francia tras los de noviembre en París, cuando suicidas del grupo Estado Islámico (EI) mataron a 130 personas.