Barcelona AFP, AP, EFE Los independentistas catalanes se declararon decididos a emprender el proceso de secesión de España, tras obtener una mayoría absoluta de escaños en elecciones al parlamento regional, el domingo.
Con 99% de votos escrutados, la coalición Junts pel Sí, obtuvo 62 escaños. Sumados al partido independentista de izquierda radical CUP, que obtuvo 10 escaños, alcanzarían 72 de los 135 diputados de la cámara regional.
Junts pel Sí quiso darle a esta elección un carácter plebiscitario, pero, ciertamente, si las elecciones celebradas el domingo hubieran sido un verdadero plebiscito por la independencia, la secesión no habría ganado.
En porcentaje de voto, los independentistas se quedaron en 47,8% frente al 52,2% que obtuvieron los partidarios de mantener a Cataluña dentro de España: Ciudadanos, Socialistas (PSC), Populares (PP) y Catalunya sí (izquierda).
El CUP había dicho reiteradamente que se sumaría a la campaña independentista solo si los partidos secesionistas captaban más del 50% del voto popular.
Condiciones. Junts pel sí, coalición impulsada por el actual presidente regional, Artur Mas, al no alcanzar la mayoría absoluta por sí mismo, dependerá para legislar del apoyo del CUP, que defiende no solo la salida de Cataluña de España, sino también de la Unión Europea y del euro.
Para pactar, la CUP exigió poner en marcha un plan de emergencia social y no escoger como presidente al liberal Mas. En su fiesta de celebración, llamaron a la desobediencia.
“A partir de mañana la legislación española puede y debe ser desobedecida por los catalanes”, dijo su líder Antonio Baños. “Hoy nace la república”.
Las elecciones registraron una participación del 77,5%, un récord en esta región.
Oficialmente, su función era renovar el parlamento y el gobierno regionales pero, en esta ocasión, los independentistas prometieron emprender un proceso para llevar a la constitución, en 2017, de una república independiente en esta región de 7,5 millones de habitantes.
“Esto es muy emocionante”, declaró Agustí Raga, jubilado de 73 años. “Estamos muy contentos de vivir un momento histórico”, agregaba su esposa, Cristina Elgstrom, de 49 años.
Tras más de dos años pidiendo un referendo sobre la independencia como los celebrados en Quebec o Escocia, sistemáticamente denegado por el gobierno conservador español de Mariano Rajoy, Mas apostó por convocar estas elecciones anticipadas.
Victoria incompleta. Al no obtener la mayoría de votos necesarios para ganar un referendo, con 47,8% de sufragios, la victoria de los independentistas parece incompleta.
“La mayoría de los catalanes hemos optado por la convivencia y por la unión”, afirmó la candidata del centroderechista Ciudadanos, Inés Arrimadas, segunda fuerza con 25 diputados, que pidió la dimisión de Mas y convocar nuevas elecciones.
El voto antiindependentista restante quedó disgregado entre el Partido Socialista (16), el conservador Partido Popular (PP) de Rajoy (11) y la lista creada entorno al antiliberal Podemos (11).
“La mayoría de los catalanes rechazó la independencia”, afirmó en Madrid el portavoz del PP, Pablo Casado. “Vamos a seguir garantizando la legalidad, vamos a defender la unidad de España”, agregó.
Tanto un bando como otro reclamó una participación masiva en estos comicios y, desde primera hora de la mañana, se formaron largas colas en los colegios electorales.
La hoja de ruta ideada por la coalición Junts pel Sí prevé empezar su andadura hacia la independencia, con una declaración de inicio del proceso independentista una vez constituido el parlamento regional e iniciar negociaciones con Madrid.
Está en juego la región más rica de la cuarta economía de la Eurozona justo cuando esta deja atrás la crisis y crece a velocidad de crucero. Sin Cataluña, España perdería 25% de sus exportaciones, 19% del PIB, 16% de población, su principal puerta a Europa y su mayor destino turístico.
Rajoy y su gobierno repitieron sin cesar que no aceptarán ningún tipo de negociación para dividir el país, que en diciembre celebrará unas elecciones legislativas que podrían alterar notablemente el mapa político.
Incluso, están a punto de aprobar una propuesta de reforma urgente del Tribunal Constitucional que permitiría inhabilitar a Mas por cualquier acto ilegal.
La respuesta de los independentistas, contemplada en su hoja de ruta, sería declarar la independencia unilateral. Y Mas advirtió recientemente que Cataluña podría dejar de pagar su parte de la deuda española, que asciende a casi un 100% de su PIB.
“Si las cosas se complicaran tanto, aunque no tienen por qué complicarse, el problema lo tendría fundamentalmente el conjunto de España”, advirtió en una entrevista reciente con AFP.
En este contexto, el presidente del País Vasco español, Iñigo Urkullu, reclamó también el domingo “una consulta legal y pactada” sobre el estatuto de la “nación” vasca.