Bagdad. AP. El Estado Islámico (EI) está persiguiendo agresivamente el desarrollo de armas químicas y estableció una división dedicada a la investigación y experimentación con la ayuda de científicos de Irak, Siria y el resto de la región, según funcionarios de inteligencia iraquíes y estadounidenses.
Su misión plantea un escenario alarmante para Occidente , dada la determinación de atacar las ciudades más importantes, como lo mostró el grupo con sus sangrientos atentados en París la semana pasada.
Autoridades de inteligencia de Estados Unidos no creen que el EI tenga la capacidad de desarrollar armas sofisticadas como gases enervantes, que son los más adecuados para un ataque terrorista sobre un objetivo civil. Hasta ahora, el grupo ha empleado gas mostaza en los campos de batalla en Irak y Siria.
Sin embargo, el primer ministro francés, Manuel Valls, advirtió el jueves de que estos extremistas podrían usar armas biológicas en algún momento.
“El terrorismo golpeó a Francia no por lo que se está haciendo en Irak y Siria... sino por lo que es ” , dijo Valls en la Cámara Baja del Parlamento. “Sabemos que podría haber un riesgo de armas químicas o biológicas”, añadió, aunque no habló de una amenaza en específico.
Autoridades iraquíes expresaron su preocupación de que el gran refugio que los islamistas han controlado desde que invadieron partes de Irak y Siria, el año pasado, los ha dejado en gran medida en la oscuridad sobre el programa del grupo EI.
“Ahora tienen completa libertad para elegir los lugares de sus laboratorios y los sitios de producción, y poseen una amplia variedad de expertos, tanto civiles como militares, para ayudarlos”, dijo un oficial del servicio de inteligencia iraquí.
El oficial –al igual que otros de las agencias de inteligencia de Irak y Estados Unidos que tienen conocimiento de primera mano del programa de armas químicas del grupo EI– habló con la condición de que se guardara su anonimato.
Hasta ahora, la única señal evidente del programa de armas químicas del grupo ha sido el aparente uso de gas mostaza en contra de combatientes Kurdos en Irak y Siria.