Madrid. AFP. La campaña electoral para las legislativas del 20 de diciembre comienza este viernes en una España transformada por la crisis, con tres jóvenes candidatos pisando los talones al conservador Mariano Rajoy, que aspira a la reelección.
“El escenario es el de las elecciones con el perfil más volátil”, dijo Manuel Mostaza, director de Operaciones de la empresa de sondeos Sigma Dos, incapaz de decir quién ganará.
De acuerdo con algunas encuestas, los indecisos superan el 20%.
Tres jóvenes candidatos que, desconocidos hace cuatro años, emergieron impulsados por la crisis, se sitúan en los starting-blocks de una campaña que se inicia oficialmente el jueves a la medianoche.
Participaron el lunes en un primer “debate 2.0”, organizado por el diario El País y difundido por Internet: el profesor universitario Pablo Iglesias, de 37 años, jefe del antiliberal Podemos, gran aliado del griego Syriza; Albert Rivera, de 36 años, abogado y fundador de Ciudadanos, joven formación de centroderecha nacida en Cataluña para oponerse al independentismo, y Pedro Sánchez, “el guapo”, de 43 años, secretario general de un Partido Socialista Obrero Español (PSOE) en el cual encarna la renovación.
Frente a un veterano. Comparado con ellos, Rajoy, de 60 años, jefe del Gobierno saliente, aparece desgastado por la crisis, un desempleo aún muy elevado de más del 21% y escándalos de corrupción que derrumbaron la imagen de su Partido Popular y toda la élite política, mientras los españoles sufrían una draconiana política de austeridad.
Según la firma Sigma Dos , el PP estaría en cabeza (27,1% de intenciones de voto frente a 44,6% en el 2011), seguido por Ciudadanos (23%), PSOE (20,2%) y Podemos (16,2%).
Otro sondeo, de Metroscopia , anuncia un resultado muy ajustado entre los tres primeros: 22,7% para el PP, 22,6% para Ciudadanos y 22,5% para los socialista. En tanto, Podemos los escolta con 17,1%.
Ya empiezan las especulaciones sobre qué pasará después de los comicios, quién podría forzar a unos y otros a formar alianzas para gobernar, en un escenario “a la italiana” en el que Ciudadanos podría hacer pactos con el PP o el PSOE, aunque su líder asegura que no lo hará.
A esta situación sin precedentes en una España dominada por el bipartidismo desde 1982, se suman variables imprevisibles como el eventual impacto de la amenaza yihadista tras los atentados de París y el auge del independentismo en Cataluña , cuyo Parlamento aprobó el 9 de noviembre una resolución separatista.
Ante estas incertidumbres, Rajoy prevé centrar su campaña en las nociones de “seguridad” y “experiencia”, indicó su jefe de campaña, Jorge Moragas: seguridad de la gente en materia de empleo y frente al terrorismo, detalló. Y la experiencia de un equipo “solvente”, que se toma “España en serio”.
Tal vez por eso Rajoy se negó a participar en el primer gran debate de la campaña el lunes por la noche.
El líder conservador debatirá el 14 de diciembre con Pedro Sánchez, “líder de la oposición”, y solo con él, ya que su partido es el único de los tres aspirantes con representación en el Parlamento actual.
Mientras tanto y en su ausencia, fue objeto de duras críticas a las que no pudo responder: sobre la corrupción, sobre una reforma laboral que desembocó en un “90% de contratos basura” según Rivera, sobre la desigualdad entre ricos y pobres, sobre el deseo de Cataluña de salir de España.
“Si sigue Rajoy cuatro años más, se va a querer ir de España hasta Valladolid”, ironizó Iglesias en referencias al corazón de Castilla.
En los últimos cuatro años, el jefe del Ejecutivo ha optado por estar “ausente, la inacción política, la desidia, mirar para otro lado mientras los problemas crecían y crecían”, fustigó Sánchez.
Fiel a su habitual sangre fría, Rajoy ignoró el martes estos ataques, congratulándose por la reactivación económica, con un crecimiento previsto de más del 3% del PIB en el 2015.
“Ya empieza a haber más recursos”, afirmó. Los funcionarios, cuyos sueldos estaban congelados desde el 2010, recibieron en noviembre una paga extraordinaria retrasada y cobrarán otra a principios de diciembre. Rajoy prometió bajar impuestos y crear dos millones de empleos antes del 2020.