Barcelona
Animados por el referendo escocés, cientos de miles de independentistas vestidos con los colores amarillo y rojo de la bandera catalana formaron este jueves una inmensa "V" en Barcelona para exigir una consulta soberanista que choca con la oposición de Madrid.
Esperada como un termómetro del fervor independentista en la región, la manifestación generó una guerra de cifras: 1,8 millones de asistentes según el ayuntamiento de Barcelona, del partido nacionalista catalán CiU y entre 470.000 y 520.000 según la delegación del Gobierno español en Cataluña.
La gran "V" humana de once kilómetros de largo se extendió por dos céntricas avenidas barcelonesas formando un mosaico gigante de la bandera catalana. La "V" recuerda la caída de Barcelona en 1714 en manos de las tropas de Felipe V.
"Esta "V" es un mensaje de gran potencia, de mucho calibre que en Madrid deberían escuchar. Es el momento de que se avengan a sentarse en la mesa a negociar", declaró el presidente regional catalán, Artur Mas, en un discurso al terminar la movilización.
En el vértice, en la confluencia de ambas avenidas, una joven depositó simbólicamente un voto en una urna, en medio de los aplausos.
Cerca de allí, una mujer de 86 años, Lourdes Castellseguer, se emocionaba sin separarse de su andador: "Estamos haciendo algo muy importante y tenemos que ir todos juntos. No importa la edad".
"No será fácil porque nos pondrán muchas trabas pero lo conseguiremos. Espero llegar a verlo", confesaba.
Junto a ella, una joven de 16 años, Laura Sánchez Lora, se mostraba ansiosa por votar el 9 de noviembre, el día previsto para la consulta, en la que sería su primera cita con las urnas.
"No es solo por cuestión sentimental. Ahora más que nunca, Cataluña necesita un Estado que defienda su idioma, su cultura y su economía", decía.
En 2012, una inmensa manifestación en Barcelona precipitó la puesta en marcha del proceso de autodeterminación. En 2013, una cadena humana independentista de 400 kilómetros de largo forzó al gobierno catalán a fijar la fecha de la votación.
El presidente catalán, Artur Mas, advirtió a Madrid que "es prácticamente imposible impedir para siempre" la consulta en Cataluña.
"Es absurdo pretenderlo y creo que el Estado español debe darse cuenta", declaró el miércoles en una entrevista con la AFP. "Si una nación como Escocia puede votar, ¿por qué no Cataluña ?", se preguntó.
Por su parte, el Gobierno central de Mariano Rajoy se opone firmemente a la consulta y piensa impugnarla ante la justicia porque, en su opinión, vulnera la Constitución.