Moscú. AP Intensos combates se libraban el jueves en el este de Ucrania, mientras el jefe de la OTAN acusó a Rusia de reanudar la acumulación de efectivos militares cerca de Ucrania, con la intención de intimidar a Kiev.
Los insurgentes prorrusos reconocieron que perdían la batalla con las fuerzas del Gobierno e imploraron al Kremlin que enviara ayuda militar.
Los nacionalistas le han exigido al presidente ruso, Vladimir Putin, que envíe fuerzas al este de Ucrania para ayudar a los rebeldes.
No obstante, Putin ha permanecido mudo ante los ruegos de los insurgentes de anexionarse a Rusia y ha elogiado el plan de paz y alto el fuego propuesto por el presidente ucraniano Petro Poroshenko.
Sin embargo, el plan requiere una frontera segura entre los dos países, y no está claro cuándo ocurrirá.
Tanto el Gobierno ucraniano como los rebeldes reportaron combates intensos cerca de Krasnyi Liman, al este del baluarte rebelde de Slaviansk, una ciudad de la región de Donetsk.
Vladislav Seleznev, vocero de las fuerzas ucranianas en el este, dijo, en un comunicado, que cuatro efectivos del Gobierno murieron y 20 resultaron heridos ayer. Expresó que las bajas rebeldes fueron de 200 muertos y cientos de heridos.
El jefe rebelde Igor Strelkov demandó la ayuda de Rusia. “Espero que les quede suficiente conciencia en Moscú para tomar algunas medidas”, manifestó.
El secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, dijo que Rusia ha reanudado la acumulación de efectivos militares cerca de Ucrania, lo que constituye un “muy lamentable paso atrás”.
“Vemos al menos algunos miles de efectivos rusos apostados en la frontera ucraniana, y vemos maniobras de tropa en las cercanías de Ucrania”, dijo Rasmussen.
“Si están ahí para sellar la frontera y detener el paso de armas y combatientes, sería un paso positivo. Pero no es lo que vemos”, dijo.