Londres. AP y AFP. La Iglesia de Inglaterra consagró a su primera obispa ayer, en una ceremonia en la espléndida catedral gótica de York, y puso fin a 500 años de exclusividad masculina en el manejo de la institución.
La reverenda Libby Lane fue consagrada octava obispa de Stockport, tras una disputa larga y enconada que terminó en el 2014 cuando se aprobó la elevación de mujeres al obispado .
Sus superiores jerárquicos posaron las manos en su cabeza y pronunciaron la oración de la consagración ante las 2.000 personas reunidas en el templo.
“Haz descender el espíritu de tu servidora Libby para el oficio y labor de obispa en tu Iglesia”, dijeron.
Lane, con un hábito negro, blanco y violeta, afirmó su fe y juró obediencia y lealtad durante la ceremonia de dos horas.
Cuando se le preguntó a la congregación si aceptaban la ordenación de Lane, la mayoría respondió que sí, usando la fórmula It is! , pero alguien gritó: “¡No, no está en la Biblia!”.
Pionera, no última. Lane ha rechazado la crítica de que su nombramiento es un gesto simbólico, al afirmar que, aunque sea la primera, no será “la única” en ocupar el episcopado en la Iglesia de Inglaterra , que el rey Enrique VIII fundó en 1534 tras romper con Roma.
“En realidad, esta ceremonia de mi consagración no trata sobre mí”, dijo. “Con resonancias de la práctica establecida desde hace cientos de años en la Iglesia, es un recuerdo de que estoy a punto de embarcarme en algo compartido por los obispos que me rodean, los que me precedieron y los que vendrán después”.
Lane, casada con otro sacerdote y madre de dos hijos, estaba acompañada en la ceremonia por Justin Welby, arzobispo de Canterbury, líder eclesiástico de la Iglesia anglicana, y por John Sentamu, obispo de York, segundo en rango de importancia.
Libby Lane toca el saxofón y es seguidora del Manchester United, y en 1994 ya se convirtió en una de las primeras mujeres sacerdotes, en la misma ceremonia de ordenación de su marido.
La nueva obispa estudió Teología en la Universidad de Oxford y desde el 2007 ejercía de vicaria de la diócesis de Chester, en la región de Manchester.
Es la primera obispa de la Iglesia de Inglaterra, pero no de la anglicana, porque ya existen en Gales, Estados Unidos, Australia, Canadá y Suazilandia.
Su nombramiento fue posible después de que el sínodo cambió las reglas para permitir la elección, y el Parlamento británico y la reina Isabel II (jefa de la Iglesia) aceptaron el cambio.
La enmienda que abrió la puerta al nombramiento fue bautizada como "Canon 33" y establece que "un hombre o una mujer pueden consagrarse a la función de obispo".
La singularidad de Lane podría acabar pronto porque en este 2015 está prevista la sucesión de los obispos de Leicester, Gloucester, Oxford y Newcastle y se espera a una mujer entre los elegidos.
La comunidad anglicana cuenta con 80 millones de fieles en 165 países y su líder supremo es el rey de Inglaterra.