Río de Janeiro. AFP La visita a una favela, al santuario de Nuestra Señora de Aparecida y un mensaje en la playa de Copacabana son algunos de los eventos de la extensa agenda que cumplirá el papa Francisco en Brasil, desde hoy y hasta el domingo, con motivo de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) en Río de Janeiro.
El contacto del primer papa latinoamericano con los jóvenes será sin gran pompa. Se prevé que sus actos improvisados y su voluntad de “oler a oveja” como su rebaño –como él mismo dice– pongan a prueba a los servicios de seguridad, por ejemplo, cuando visite el jueves una pequeña favela gris y plana en el norte de Río.
El Pontífice argentino, de 76 años, llega a Brasil poco después de las históricas manifestaciones de junio por mejores servicios públicos, contra la corrupción y los gastos del Mundial de Fútbol del 2014, y que terminaron, muchas veces, en violentos enfrentamientos con la policía y destrozos.
Ateos brasileños y el grupo Anonymous Rio, uno de los organizadores de las protestas de junio, también convocó para hoy, día de la llegada del Santo Padre a Río, a una manifestación contra el gasto público de su visita y de la JMJ, estimado en $53 millones.
Tras llegar hoy a las 4:00 p. m. horal local (1:00 p. m., hora de Costa Rica) a Brasil –el país con más católicos del mundo– el Papa visitará a la presidenta Dilma Rousseff en el palacio Guanabara de Río. Pero antes se paseará por el centro de Río durante una media hora en un auto descubierto.
Agenda cargada. Mañana, el Papa descansará y no tiene previsto ningún encuentro oficial.
El miércoles 24 viajará al santuario de la virgen de Aparecida , la patrona de Brasil, a medio camino entre Sao Paulo y Río de Janeiro, que tiene un significado especial para el Pontífice, quien ya como cardenal visitó la ciudad en el 2007,con ocasión de la V Conferencia del Episcopado Latinoamericano y del Caribe (Celam), en la cual participó su antecesor Benedicto XVI. En Río, visitará a adictos al crack en un hospital franciscano.
La agenda del Pontífice también incluye una visita el jueves a Varginha, una de las favelas más pobres de Río y una de las más peligrosas hasta hace siete meses, cuando fue reconquistada por la Policía de manos del narco.
En la noche, dará su bienvenida a más de 1,5 millones personas en la JMJ en la playa de Copacabana.
Al día siguiente, el pontífice confesará a varios jóvenes, se reunirá con presos y rezará el Via Crucis en Copacabana. El sábado oficiará misa en la catedral de Río, se reunirá con la clase dirigente del país y pronunciará un discurso en la noche. El domingo, oficiará una misa de cierre de la JMJ y en la tarde se reunirá con el comité coordinador de la Conferencia Episcopal Latinoamericana (Celam) antes de abandonar Brasil a las 7:00 p. m., hora local.