Atenas
El presidente estadounidense, Barack Obama, en visita a la cuna de la democracia, criticó el miércoles las tendencias al aislamiento y dijo que es hora de un " cambio de curso" para garantizar que los beneficios de la tecnología y la globalización sean compartidos ampliamente.
Reducir la desigualdad, dijo, crea sociedades en las que es menos probable que las personas se vuelvan unas contra otras, menos probable que sean atraídas a fuerzas oscuras" de la división y el rencor.
Con la elección de Donald Trump como presidente de los Estados Unidos desnudando las frustraciones y la insatisfacción en el país, Obama dijo que el impulso "para retirarse de un mundo globalizado es comprensible", pero recalcó: "No podemos mirar atrás en busca de respuestas, tenemos que mirar adelante".
"No podemos cortar las conexiones que han permitido tanto progreso" , expresó el mandatario en un discurso al pueblo griego al concluir la primera etapa de su última gira por el exterior como presidente.
El gobernante estadounidense partió seguidamente hacia Alemania.
Obama mencionó la elección de Trump la semana pasada y la votación en junio en Gran Bretaña para salir de la Unión Europea como evidencia de una inclinación hacia un retroceso.
Corregir la globalización. "El curso actual de la globalización tiene que ser corregido", insistió. "En los años y decenios que se avecinan, nuestros países tienen que asegurarse de que los beneficios de una economía global integrada son compartidos más ampliamente por más personas y los impactos negativos son confrontados directamente".
"Es así como las democracias pueden proveer la prosperidad y esperanza que necesitan nuestros pueblos", puntualizó.
Antes de la victoria de Trump, el discurso de Obama a los griegos había sido visto como un momento de culminación de su presidencia antes de entregar las riendas a la demócrata Hillary Clinton. En lugar de ello, el legado de Obama queda en dudas, con Trump preparado para asumir el poder con planes de deshacer gran parte de la agenda de su predecesor.
Obama habló en defensa de sus logros: un acuerdo nuclear con Irán, un pacto climático global, el restablecimiento de relaciones con Cuba y otros pasos.
"El próximo presidente estadounidense no pudiera ser más diferente" , dijo Obama. Pero agregó: "La democracia es más grande que una persona" . Reiteró además su voluntad de asegurar una transición pacífica pese a sus diferencias con Trump.
En su último día en Grecia, Obama visitó la Acrópolis de Atenas, el conjunto monumental más famoso del país.
El Gobierno griego celebró como un evento de gran importancia la visita de Obama, el primer viaje oficial de un presidente estadounidense en el cargo desde que Bill Clinton acudió en 1999.
Atenas confiaba en que el mandatario pudiera persuadir a algunos de los acreedores internacionales más reacios del endeudado país a conceder una reestructuración, así como a presionar a otros países europeos para que asuman más de la carga de la crisis de refugiados que aqueja al continente.
Los líderes mundiales prestan una gran atención a las palabras de Obama, y ven paralelismos entre la elección de Trump y el auge de los movimientos populistas y de ultraderecha en sus propios países ante una continuada ansiedad económica.
El primer ministro griego, Alexis Tsipras, ganó las elecciones el año pasado con un proyecto que sus detractores tacharon de populista, aunque a la izquierda en el espectro político. Él llevó a su antes pequeño partido radical de izquierdas a la primera línea de la accidentada vida política griega diciendo a los ciudadanos, cansados tras seis años de crisis financiera y de declive en su nivel de vida, que rechazaría las medidas de austeridad impuestas a cambio de los rescates del país.
Pero tras el casi colapso de las negociaciones con acreedores de Grecia —otros países de la eurozona y el Fondo Monetario Internacional--, Tsipras cambió radicalmente de estrategia al firmar un nuevo rescate y más medidas de austeridad para evitar que su país fuera expulsado del euro.