Bruselas
El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, urgió el lunes a los griegos a votar "sí" en el referendo del domingo, para no darle la espalda a Europa, mientras el país vivía su primer día de corralito entre la inquietud de los mercados financieros.
Juncker, en un discurso muy emocional, atacó con dureza al gobierno griego del primer ministro Alexis Tsipras, y dijo sentirse "traicionado" por su comportamiento en las fracasadas negociaciones.
Grecia, entretanto, pasó su primer día de control de capitales y cierre de bancos y bolsas, en vigor hasta el próximo lunes 6 de julio incluido, un día después de la fecha prevista del referendo sobre las propuestas de reforma de los acreedores del país.
"Estoy profundamente compungido por el espectáculo que dio Europa el sábado pasado (...) Después de todos los esfuerzos que he realizado, me siento traicionado, ya que mis esfuerzos no han sido suficientemente tomados en consideración", lanzó Juncker en Bruselas ante la prensa.
Su frustración frente a Tsipras se explica, según los analistas, por el hecho de que en cinco meses de negociaciones el presidente de la comisión ha sido el más cercano aliado —y a veces el único— de Atenas.
"Pediré al pueblo griego que vote sí" dijo Juncker, refiriéndose al referendo que, inesperadamente, convocó Tsipras la noche del viernes pasado. Un 'no' en este referendo supondría "decir no a Europa" añadió el presidente de la Comisión Europea.
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Juncker defendió además el paquete de medidas propuesto a Atenas, y que será objeto de voto en el referendo: no es "un estúpido paquete de medidas de austeridad", ya que no habrían provocado recortes de salarios o pensiones y sí habrían creado más justicia social, aseguró.