Roma
El gobierno italiano convocó al embajador de Austria tras el anuncio del despliegue de soldados a la frontera para evitar la entrada de migrantes, un fenómeno que genera tensión por lo que la Unión Europea propone un nuevo plan.
Según el último informe publicado el martes por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), más de 100.000 inmigrantes entraron este año al viejo continente por las costas del sur de Europa, más de 85.000 a Italia.
Ese éxodo ha causado además la muerte en el mar de al menos 2.247, trasformando al Mediterráneo en un enorme cementerio.
El gobierno italiano lanzó un pedido de auxilio a sus aliados europeos para que se involucren más en la crisis migratoria, que la afecta en primera persona, siendo el mayor polo de acogida de migrantes que huyen de las guerras y el hambre.
En España la situación también resulta difícil y los guardacostas temen este martes la desaparición de cincuenta personas después de haber rescatado a tres sobrevivientes exhaustos en una balsa.
En Italia, que registró en junio un aumento de las llegadas con hasta 10.000 personas rescatadas en solo tres días, se ha complicado la política de acogida tras la derrota del partido de gobierno de centro-izquierda en los municipios dispuestos a recibir a los migrantes que llegan en barcazas.
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Después de amenazar con cerrar sus puertos a los barcos que rescatan a migrantes, el gobierno italiano ha reaccionado con particular dureza ante el anuncio de Austria.
"El algo injustificado", comentó a la prensa el canciller Angelino Alfano.
El anuncio de Austria de que impondrá "muy pronto" controles fronterizos y desplegará soldados en su frontera con Italia si el flujo de migrantes en el Mediterráneo no se reduce, ha sido rechazado también por el ministro del Interior, Marco Minniti.
"No estamos ante una situación de emergencia. Se trata de una iniciativa injustificada y sin precedentes, que si no se corrige inmediatamente, tendrá un impacto inevitable para la cooperación y la seguridad de muchos países", afirmó.
Austria activó los controles en su frontera este con Hungría en el 2015, y ha preparado medidas físicas, como barreras, en su frontera con Italia.
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Según Helmut Tomac, jefe de la Policía de la región fronteriza de Tirol, frontera con Austria, entre 15 a 25 migrantes suelen ser interceptados cada día y alrededor de 40 el fin de semana, una situación normal.
Diferencias
El tema es tan delicado y divide tanto que la Comisión Europea presentó un nuevo plan de acción para respaldar a Italia, que incluye 46 millones de euros para fortalecer a las autoridades libias, país de donde zarpan la mayoría de las barcazas.
El plan será debatido el jueves en Estonia en una reunión informal de ministros de Interior de los países de la UE.
Entre los puntos que serán debatidos figura un código de conducta para las organizaciones no gubernamentales que rescatan migrantes en el mar, tema que genera polémicas.
"Es una cortina de humo para esconder la incapacidad de la Unión Europea", protestó la organización humanitaria Médicos sin Fronteras.
Desde Roma, el papa Francisco volvió a hablar sobre el tema en un mensaje en el que elogia a las instituciones, asociaciones y particulares, que asumen "con mentalidad abierta y sabiduría el complejo fenómeno de la migración" y que brindan "apoyo adecuado, fieles a los valores humanos y cristianos que forman parte de civilización europea", dijo.