Kiel, Alemania
El partido conservador de Angela Merkel ganó el domingo las elecciones regionales del norte de Alemania, reforzando el estatus de favorita de la canciller de cara a las elecciones legislativas de septiembre, a las que se presenta de nuevo.
Los democratacristianos de la CDU recabaron entre el 33 y el 34% de los votos en el estado federado de Schleswig-Holstein, un avance en comparación con los comicios de 2012, frente al 26-27% obtenido por el partido socialdemócrata (SPD), que gobernaba hasta ahora en esta región fronteriza con Dinamarca y que ha retrocedido bastante respecto a sus resultados de hace cinco años, según las estimaciones de las cadenas ARD y ZDF publicadas por la noche.
Se trata de un revés para el nuevo presidente del SPD, Martin Schulz, y sus esperanzas de vencer a Angela Merkel quien, tras doce años en el poder, lidiará por un cuarto mandato en octubre.
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Es la primera vez que el partido de Merkel logra recuperar uno de los estados perdidos desde que la canciller llegó al poder, en 2012.
El estado de Schleswig-Holstein representa, con 2,3 millones de personas, menos del 3% de la población alemana. Pero las elecciones se interpretaron como una prueba de cara a las legislativas de septiembre.
Para el expresidente del Parlamento Europeo, se trata de la segunda derrota consecutiva en unas elecciones regionales este año, tras la derrota del SPD en Sarre (oeste) en marzo.
La próxima prueba aún más importante para los socialdemócratas será el próximo domingo en su bastión de Renania del Norte-Westfalia, el estado más poblado del país, que los socialdemócratas dirigen casi sin interrupción desde la guerra.
Según los últimos sondeos, la victoria estaría muy reñida entre el SPD y la CDU.
Así, la situación de Angela Merkel, que parecía atravesar dificultades tras haber abierto las puertas de Alemania a más de un millón de migrantes en 2015, parece haber mejorado un poco en los últimos meses.
La cuestión de la inmigración ya no está entre las primeras preocupaciones de la opinión pública y la buena salud de la economía alemana, con una tasa de paro en niveles históricamente bajos, ha beneficiado a la canciller.
Trabajando su imagen tranquilizadora, moderada y valiéndose de su experiencia en el poder, Merkel trata de ganarse a amplias capas del electorado.