Bruselas AFP La Unión Europea (UE), conmovida por una fotografía de un pequeño sirio muerto en una playa turca, buscaba el jueves superar sus divisiones, entre llamados a la solidaridad y a la firmeza ante una crisis migratoria y humanitaria sin precedentes.
En un contexto de crecientes tensiones entre países europeos, Alemania y Francia decidieron actuar, al lanzar una iniciativa común para “organizar la acogida de refugiados y su repartición equitativa”.
Se trata también de “garantizar el regreso de los migrantes irregulares a sus países de origen”, y ayudar a “los países de origen y de tránsito”, precisó la Presidencia francesa.
En Bruselas, frente a los dirigentes europeos, Hungría –en primera línea– pidió a Alemania asumir sus responsabilidades frente al flujo masivo de peticionarios de asilo. Se refirió a un “problema alemán” antes que europeo, y rechazó las críticas por la alambrada que instaló en su frontera con Serbia.
Mientras la dramática foto de Aylan Kurdi, de 3 años, muerto en una playa de Bodrum, en Turquía, seguía conmoviendo y provocando furia este jueves, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, acusó a los países europeos de haber transformado el Mediterráneo en “un cementerio de inmigrantes”.
Solución conjunta. El vicepresidente de la Comisión Europea, Frans Timmermans, consideró que se trata de “una crisis humana y política sin precedentes” y solicitó “encontrar respuestas europeas a un problema que no puede ser solucionado de manera individual por los Estados miembros”.
Frente a la conmoción provocada por las imágenes del pequeño Aylan, los dirigentes europeos subrayaron “la urgencia de actuar” y pidieron medidas fuertes en la UE.
Una repartición equitativa de los refugiados entre países europeos es una de las prioridades de la Comisión Europea, que debería revelar el 9 de setiembre ante el Parlamento Europeo las nuevas propuestas.
La Comisión quiere un mecanismo permanente de repartición, pero, frente a la emergencia que viven países como Hungría, Italia o Grecia, su presidente Jean-Claude Juncker “pedirá a los Estados miembros repartir con urgencia 120.000 refugiados suplementarios en la UE”, dijo una fuente europea.
El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, también llamó a los países miembros a “redoblar sus esfuerzos de solidaridad”, repartiéndose la acogida de por lo menos 100.000 refugiados.
Portugal ya se mostró dispuesto a recibir un número más importante de refugiados que la cantidad de 1.500 personas propuesta hasta ahora.
Tusk no ocultó su inquietud frente a la “división entre el Este y el Oeste de la Unión Europea”.
“Algunos Estados miembros solo piensan en contener la ola de inmigrantes, lo que se simboliza en la controvertida alambrada construida por Hungría, mientras otros quieren más solidaridad”, lamentó.
Como muestra de las divisiones, el primer ministro húngaro, Viktor Orban, consideró que no se trata “de un problema europeo sino alemán”.
“Nadie quiere quedarse en Hungría, Eslovaquia, Estonia, Polonia. Todos desean ir a Alemania. Nuestra tarea es solo registrarlos y los registramos”, dijo Orban, para quien el flujo actual de migrantes amenaza las “raíces cristianas” de Europa.
El asunto de la modificación de los acuerdos de Dublín, que soluciona, en principio, el tema de la acogida de los refugiados en la UE, será abordado durante la reunión europea de ministros del Interior programada para el 14 de setiembre en Bruselas.
Más de 230.000 inmigrantes llegaron a Grecia por mar desde el inicio de año, frente a 17.500 para el mismo periodo en el 2014, indicó el jueves el ministro adjunto griego a la Marina mercante, Nikos Zoïs.
La jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini, pidió el jueves reforzar la lucha contra las redes de traficantes, y que la operación naval de la UE, desplegada en el Mediterráneo, enfrente, de manera más decidida, en las próximas semanas, a quienes pasan a los migrantes.