París
La campaña para elegir el domingo al candidato de la derecha francesa en las elecciones presidenciales del 2017 comienza este lunes entre dos ex primeros ministros: el favorito y muy conservador François Fillon y el veterano y más moderado Alain Juppé, tras una primera vuelta que eliminó al expresidente Nicolas Sarkozy.
Fillon, quien de forma inesperada se impuso holgadamente el domingo en la primera vuelta de las primarias, ganaría la segunda con 54% de los votos contra 46% para Juppé, según un sondeo difundido el domingo por el instituto Opinionway.
La primera vuelta, con una fuerte movilización que superó los cuatro millones de votantes, eliminó a Sarkozy, que quedó tercero, lejos de su ex primer ministro.
Fillon, primer ministro del 2007 al 2012, obtuvo 44,1% de los votos, superando a Juppé, jefe de gobierno de Jacques Chirac entre 1995 y 1997, que consiguió 28,6% de los sufragios.
Fillon, en punta. El triunfo de Fillon significó un espectacular vuelco de la campaña, que hasta hace 20 días estaba dominada, según las encuestas, por Sarkozy y Juppé.
Parece difícil que en la segunda vuelta Juppé logre superar la ventaja de 15,5 puntos porcentuales que le sacó Fillon, que en la misma noche del domingo recibió el apoyo personal de Sarkozy (20,6% de los votos).
Los actuales sondeos excluyen a la izquierda, debilitada por el desgaste de poder y las divisiones, de la segunda vuelta de las elecciones del 2017, que disputarían la derecha y la extrema derecha.
Fillon enfrentaría en la segunda vuelta a la dirigente de extrema derecha Marine Le Pen, presidenta del Frente Nacional, a quien las encuestas le vaticinan un importante caudal de votos en la primera vuelta.
Los sondeos anuncian una victoria del candidato de la derecha frente a Le Pen, pero el triunfo inesperado del republicano Donald Trump en Estados Unidos y, meses antes, del brexit en el Reino Unido llaman a la prudencia.
Nicolas Sarkozy, quien fracasó en su intento de una segunda presidencia, anunció inmediatamente que apoyaba a Fillon en la segunda vuelta.
Fillon, de 62 años, un ferviente católico, padre de cinco hijos, presentó durante la campaña un programa muy liberal en temas económicos y muy conservador en asuntos de sociedad.
El ex primer ministro propone, entre otras medidas, suprimir medio millón de empleos públicos, terminar con la semana laboral de 35 horas y restringir las ayudas sociales.
Fillon se pronunció contra la ley que autoriza el matrimonio homosexual y la adopción de niños por parejas homosexuales. Además, propone fijar cuotas anuales de inmigración y despojar de la nacionalidad a los franceses que combaten con los yihadistas.
El desafío de Juppé. Juppé, de 71 años, intentará descontar la gran ventaja de su rival con "un combate proyecto contra proyecto".
Solo en los últimos días de la campaña, cuando los sondeos comenzaron a registrar su espectacular remontada, Juppé, concentrado hasta entonces en diferenciarse de Sarkozy, comenzó a criticar el programa de Fillon.
Fillon tiene "el programa menos creíble", criticó Juppé.
Ambos candidatos comenzaron este lunes a preparar el último debate televisivo de la campaña previsto el jueves.
Los lugartenientes de Juppé ya lanzaron los primeros dardos contra Fillon.
"Me llama la atención la falta de coherencia del proyecto económico de François Fillon, me inquietan sus orientaciones diplomáticas. Su proximidad con Putin es contrario a los intereses de Francia y de los cristianos de Oriente", dijo el diputado de derecha Hervé Mariton, quien apoya a Juppé.
La izquierda y el Frente Nacional, el partido de Le Pen, también comenzaron a orientar sus ataques hacia Fillon.
Con Fillon la derecha se "tahtcheriza", declaró el secretario de estado de relaciones con el Parlamento, Jean-Marie Le Guen.
Fillon tiene un "programa económico delirante" declaró, por su parte, el senador David Rachline, director de campaña de Marine Le Pen.