Francia
Un cura fue degollado este martes en una pequeña iglesia del noroeste de Francia, un nuevo ataque reivindicado por el grupo Estado Islámico (EI) que sume al país en el desconcierto y estupor, solo 12 días después de la matanza de Niza.
"Los atacantes de la iglesia son soldados del Estado Islámico que realizaron el ataque en respuesta a llamados a atacar países de la coalición" internacional que combate al EI en Irak y Siria, según Amaq, un órgano de propaganda del grupo yihadista.
El ataque, en el que hubo toma de rehenes. comenzó hacia las 9:30 a. m. (hora de Francia), en plena misa. Cinco personas se encontraban en esta iglesia de Saint-Etienne-du-Rouvray, una localidad normanda de 29.000 habitantes a 125 kilómetros de París, cuando dos atacantes entraron al recinto, al grito de "¡Allah Akbar!", según un testigo.
Los agresores fueron abatidos al salir de la iglesia por miembros de la Brigada de Búsqueda e Intervención (BRI), especialista en secuestros, que habían rodeado el templo.
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"Pensaba que (los atentados) solamente ocurrían en las grandes ciudades y que nunca podrían llegar hasta nosotros", reaccionaba, incrédula, Joanna Torrent, una empleada de una tienda de Saint-Etienne-du-Rouvray.
Tres rehenes fueron liberados sanos y salvos y un cuarto, un feligrés, se encontraba entre la vida y la muerte.
El cura degollado se llamaba Jacques Hamel y tenía 84 años de edad.
Atacante con vínculos previos al terrorismo
Uno de los dos autores del ataque fue "identificado formalmente" este martes como Adel Kermiche, de 19 años y nacido en Francia, informó el fiscal a cargo del caso, François Molins.
El segundo agresor todavía no ha sido identificado, agregó el fiscal en una declaración a la prensa, en la que confirmó que Kermiche había sido inculpado en marzo de 2015 de vínculos con una organización terrorista y que estaba obligado a llevar un brazalete electrónico.
Kermiche, originario de la zona, había intentado en dos ocasiones viajar a Siria en 2015, confirmó Molins, procurador de París.
Fue detenido la primera vez el 23 de marzo de 2015 en Alemania, cuando intentaba llegar a Siria.
De vuelta en Francia, fue inculpado y "colocado bajo control judicial con la prohibición de abandonar el departamento, la obligación de presentarse en la comisaría y de realizar alguna formación o realizar alguna actividad", indicó Molins.
Después, volvió a abandonar su domicilio el 11 de mayo de 2015. Entonces se lanzó una orden de arresto internacional y fue detenido en Turquía.
Estuvo en detención provisional hasta el 18 de marzo de 2016 y entonces quedó con control judicial y fue recluido en su residencia, con la obligación de llevar un brazalete electrónico.
Las condiciones impuestas por la justicia le permitirían salir de lunes a viernes de 8 a. m. a 12: 30 p. m., los fines de semana y los días festivos de 2 p. m. a 6 p. m.
Tenía prohibición de abandonar el departamento, debía presentarse en comisaría una vez por semana y entregar su carnet de identidad y su pasaporte, indicó el fiscal que coordina la lucha antiterrorista.
Reacciones ante el terror
El papa Francisco dijo que compartía el "dolor y horror" por este "asesinato bárbaro", indicó el Vaticano en un comunicado.
"Estamos particularmente afectados por esta violencia horrible ocurrida en una iglesia, un lugar sagrado en el que se anuncia el amor de Dios", señala la nota.
El presidente francés, François Hollande, que se trasladó inmediatamente al lugar de los hechos, condenó este "vil atentado terrorista".
"Estamos frente a un grupo, Dáesh, que nos declaró la guerra. Debemos desarrollar esta guerra, por todos los medios, respetando el derecho, porque estamos en una democracia", agregó el presidente a pocos metros de la iglesia de Saint-Etienne-du-Rouvray.
El primer ministro, Manuel Valls, expresó su horror por este "ataque bárbaro contra una iglesia". "Toda Francia y todos los católicos están heridos. Nos mantendremos juntos", escribió en Twitter.
Valls había advertido hace una semana que Francia debía prepararse a ser blanco de "otros atentados".
Por su parte, la presidenta del ultraderechista Frente Nacional francés (FN) , Marine Le Pen, denunció la "responsabilidad inmensa" de los que han estado gobernando Francia en las últimas tres décadas por su inacción, en reacción al atentado yihadista.
Le Pen, en su cuenta de Twitter, cargó contra la "responsabilidad inmensa de todos aquellos que nos gobiernan desde hace 30 años. Verlos parlotear es indignante".
El expresidente de Francia y jefe de la oposición conservadora, Nicolas Sarkozy, reclamó también un cambio en profundidad en la acción antiterrorista, tras el atentado y dijo que hace falta una lucha "implacable" ante un enemigo que no tiene reparos.
"Tenemos que ser implacables. Las argucias legales, las precauciones, los contextos de una acción incompleta no son admisibles" , subrayó Sarkozy en una declaración desde la sede de su partido, Los Republicanos.
Francia atacado
Francia, que ha sido blanco de tres ataques de gran envergadura en los últimos 18 meses (17 muertos en enero de 2015, 130 muertos el 13 de noviembre de ese año y 84 muertos el pasado 14 de julio) vive sumida en el miedo de nuevos ataques.
Después del ataque en Niza, Francia extendió seis meses el estado de emergencia, en vigor desde los ataques yihadistas del 13 de noviembre deL 2015 en París.
Este régimen da a la policía poderes adicionales para llevar a cabo registros y para poner a sospechosos bajo arresto domiciliario.
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En su propaganda y sus comunicados de reivindicación, el grupo Estado Islámico insta a atacar a los dirigentes "cruzados" occidentales y al "reino de la Cruz", una expresión que haría referencia a Europa.
La amenaza de un ataque contra un lugar de culto cristiano estaba en mente de todos en Francia, sobre todo después de que se abortara un proyecto de atentado contra una iglesia católica en las afueras de París en abril deL 2015.
Tras este proyecto de atentado, el gobierno había anunciado que adaptaría su dispositivo de lucha antiterrorista a los lugares de culto católicos.
Cerca de 700 escuelas y sinagogas judías así como entre 1.000 y 2.500 mezquitas están protegidas por militares, pero parece difícil aplicar las mismas medidas de seguridad en las 4.500 iglesias católicas que cuenta el país.
Información actualizada a las 3:07 p. m.