En su disputa por la Presidencia, Morales contó como aliados a los presidentes Luiz Inacio Lula Da Silva (Brasil), Néstor Kirchner (Argentina), Hugo Chávez (Venezuela) y Tabaré Vázquez (Uruguay), todos ellos con gobiernos de izquierda que esperaban que las coincidencias ideológicas se extendieran a Bolivia.
La izquierda latinoamericana constituye actualmente un importante bloque político que cuestiona la histórica injerencia de Washington en la región y pone serias trabas al avance de un mercado único en las Américas -impulsado por Estados Unidos- si antes no hay garantías de un comercio justo para las debilitadas economías del sur del continente.
"Con el triunfo de Evo Morales, Bolivia encaja en la tendencia de gobiernos de izquierda en la región y en el proceso que están llevando adelante Brasil y Argentina con políticas de independencia económica y al margen del FMI", dijo el politólogo Juan Ramón Quintana.
Fuentes diplomáticas en Washington manifiestan que la Casa Blanca espera que Morales pueda moderar sus posiciones una vez en el gobierno, como ocurrió con Lula en Brasil, un radical muy crítico de Washington que mantuvo las líneas económicas liberales cuando alcanzó la Presidencia.
Guido Riveros, politólogo y analista independiente, afirma que "una cosa es ser opositor y otra es ser gobernante. Ahora, Morales "va a ver los problemas de la relación con Estados Unidos desde otro punto de vista".
"Hoy en América Latina las excepciones (a políticas de izquierda crítica) son Colombia y Chile, y hay que esperar a ver qué ocurre con las elecciones en Perú y en Ecuador. El resto de los países muestra una clara coincidencia ideológica y en sus políticas hacia Estados Unidos", dijo el analista Roger Cortés.
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