Brasilia. AFP. El presidente de la Cámara de Diputados de Brasil, el poderoso Eduardo Cunha, se declaró este viernes opositor a la mandataria, Dilma Rousseff, y dijo que tratará de que su partido, el mayor aliado del Gobierno, abandone también esa alianza.
“Sepan que el presidente de la Cámara ahora es opositor al Gobierno. Voy a intentar que mi partido pase a la oposición”, dijo Cunha, integrante del Partido Movimiento Democrático Brasileño (PMDB, centro), que tiene la mayor fuerza en el Congreso y es un aliado crucial para el Partido de los Trabajadores (PT, izquierda) de Rousseff.
Esta declaración de guerra es casi una formalidad, pues desde que asumió la cabeza de la Cámara Baja, en febrero, se ha convertido en el principal enemigo de Rousseff y ha trabado muchos proyectos del Ejecutivo. Pero las consecuencias de este giro en la base parlamentaria que apoya al atribulado Gobierno de la mandataria, aún están por definirse.
“No hay posibilidad que de que yo, como diputado del PMDB, acepte que mi parte integre un gobierno que quiere arrastrar a su lodo a todos aquellos que pueden ayudarlo por ser aliados”, añadió.
Cunha rompió con el Gobierno horas después que un delator en un multimillonario fraude a la estatal Petrobras lo señaló de haber pedido un soborno de $5 millones. Además, es uno de los 22 diputados indagados por la Fiscalía por el escándalo en Petrobras, que costó a la empresa más de $2.000 millones.
La trama de corrupción involucra a exejecutivos de Petrobras, empresarios y políticos que se habrían coludido para amañar licitaciones mediante sobornos.
El diputado negó las acusaciones con “vehemencia”.