La Elvira, Colombia
Un lote de fusiles, pistolas y lanzagranadas fue entregado este martes por las FARC a la ONU en Colombia, en la segunda fase del proceso de desarme previsto en el pacto de paz entre la guerrilla y el gobierno para terminar medio siglo de conflicto.
"Se está concretando un paso muy importante: la dejación de las armas", dijo el presidente Juan Manuel Santos al celebrar la entrega de parte del segundo 30% del arsenal de la guerrilla, en un acto simbólico en La Elvira, departamento del Cauca (suroeste), al que no pudo llegar por mal clima.
Tampoco pudieron acudir al evento el expresidente de Uruguay José Mujica y el exjefe del gobierno español Felipe González, quienes vigilan el cumplimiento del acuerdo de paz y debieron seguir el acto junto a Santos desde la cercana ciudad de Cali.
En La Elvira, un delegado de la misión de la ONU –a cargo de este proceso– recibió el lote de armas y comprobó que estuvieran sin municiones, antes de identificarlas y colocarlas en depósitos.
"La dejación de armas, cabalmente ejecutada hasta el momento, es tan solo uno de los compromisos mutuos por cumplir", dijo en el acto el comandante guerrillero y negociador de paz Pablo Catatumbo.
El jefe negociador de las FARC , Iván Márquez, aprovechó el evento para reclamar al presidente Santos más garantías económicas y sociales para los rebeldes, como acceso a tierra, educación, vivienda y salud, pero sobre todo pidió agilidad en la entrega de amnistías e indultos.
"En este proceso la preocupación central no puede ser el destino de las armas, sino el destino de hombres y mujeres que comienzan a dar sus pasos a la construcción de un nuevo país", dijo.
Santos, Premio Nobel de la Paz 2016 por su labor para llevar la paz a Colombia, reconoció las demoras, pero aseguró que su gobierno hace "todo lo necesario" para consolidar la seguridad jurídica reclamada por las FARC para sus combatientes.
"Efectivamente deberíamos tener más amnistías de las que tenemos en este momento", afirmó el mandatario, quien adjudicó las demoras a un reciente fallo de la Corte Constitucional.
Mujica, en tanto, recordó a los colombianos que la paz es "un proceso largo". "Hay que desmantelar no sé cuántos años de dolor, que no se borran de un día al otro", dijo. Mientras para González "estar en el segundo momento de entrega de armas significa irreversibilidad" de la paz.
Las FARC, principal y más antigua guerrilla del continente, deberá completar la dejación de armas el 20 de junio.
Algunos guerrilleros en La Elvira recibieron su certificado de dejación de armas por parte de la ONU, un procedimiento que se repetirá en todo el país entre este martes y miércoles, con lo que las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC,marxistas) habrán entregado un 60% del armamento de sus combatientes.
La Elvira es una de las 26 zonas en las que están concentrados unos 7.000 combatientes de las FARC, cumpliendo su proceso de desarme y reinserción a la vida civil.
La semana pasada fue consignado un primer lote, correspondiente a unas 2.300 armas, según la ONU. Pero además falta la extracción del arsenal pesado ubicado en más de 900 "caletas" o depósitos enterrados por las FARC, y el cual deberá ser destruido por la ONU a más tardar el 1 de septiembre.
"Con el registro por las Naciones Unidas de al menos un arma por hombre, el proceso de Colombia cuenta entre los más exitosos de los verificados internacionalmente", dijo en La Elvira el jefe de la Misión de la ONU en el país, Jean Arnault.
Para el experto en el conflicto armado Camilo Echandía, no obstante, la "relación (entre armas y guerrilleros de las FARC ) puede ser más elevada".
Echandía destacó sin embargo que el volumen de armas entregadas por las FARC es superior al consignado por la guerrilla M-19 y también al de las paramilitares Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) tras desmovilizarse.
Según estimaciones oficiales, cerca de 700 militantes del M-19 entregaron en 1990 unas 280 armas. En tanto, en su sometimiento en 2006 las AUC dieron unas 18.000 armas y eran más de 30.000 paramilitares.
El acuerdo de paz prevé que las armas de las FARC se utilicen para elaborar tres monumentos que serán colocados en la sede de la ONU en Nueva York, en Cuba -asiento de las negociaciones-, y en Colombia.