El 1.° de enero, Dilma Rousseff tomará posesión de su segundo mandato al frente de la presidencia de Brasil. Tendrá desafíos mayores que cuando asumió por primera vez, hace cuatro años.
Ahora, la mandataria se enfrentará a retos como contener la inflación, levantar la credibilidad del país ante los mercados financieros, atraer inversiones y enfrentar los efectos políticos del escándalo que envuelve a Petrobras, la mayor empresa del país.
Su principal propósito es dejar una marca propia en la administración, para que la historia no la registre solo como la primera mujer en hacerse presidenta.
Este es un extracto de la entrevista que brindó la mandataria al Grupo de Diarios de América (GDA).
¿Durante su segunda gestión, la política exterior de Brasil desarrollará un mayor apoyo a la democracia?
La promoción de la democracia y la defensa de los derechos humanos son principios de la política externa inscritos en nuestra Constitución, y seguirán siéndolo en mi segundo gobierno.
”La prioridad de la democracia en nuestra política exterior ha sido evidente, en especial con respecto a Suramérica.
”Hemos apoyado activamente la introducción de la cláusula democrática tanto en el marco del Mercosur como en el de Unasur. Todos los gobiernos de la región fueron elegidos en las urnas y legitimados por la voluntad popular. La existencia de divergencias entre nuestros países, así como en el interior de ellos, es natural y es parte intrínseca de los regímenes democráticos”.
¿Qué mecanismos podrán ayudar en la aproximación de Brasil al bloque de la Alianza del Pacífico?
Suramérica es un continente de diversidad, por lo que es natural que cada país tenga su visión y sus estrategias económicas.
”Nos complace ver la iniciativa de Chile de promover un encuentro entre los cancilleres del Mercosur y de la Alianza del Pacífico, con el propósito de estudiar mecanismos de convergencia entre estos dos procesos de integración. Este también es uno de los objetivos del nuevo secretario general de Unasur, Ernesto Samper. Brasil y el Mercosur, en la práctica, ya ejercen el libre comercio con Chile, Colombia y Perú, por ejemplo.
”Para nosotros, el ingreso en las cadenas productivas globales también implica fortalecer las cadenas productivas nacionales y regionales”.
¿Cree que las quejas relacionadas con Petrobras pueden afectar la paz política necesaria para su segundo mandato?
Mi indignación con las denuncias que involucran a Petrobras es la misma que sienten los brasileños, y quiero, al igual que todos los ciudadanos de este país, que los culpables sean punidos.
”Quienes hayan cometido el crimen, quienes hayan quebrantado la ley, deben pagar. En Brasil, no hay intocables. Quien quiera que no trate el dinero público con seriedad, honestidad y efectividad, debe pagar por ello. Es un compromiso de mi gobierno.
”Brasil no vive una crisis de corrupción. En los últimos años comenzamos a ponerle fin a un largo periodo de impunidad. Esto es un gran avance para la democracia brasileña”.
¿Cree en un mayor acercamiento entre Brasil y México en su segundo gobierno o los dos países son rivales estratégicos en América Latina?
México y Brasil son dos naciones en desarrollo que enfrentan desafíos comunes, en especial la necesidad de luchar contra la pobreza y el hambre y de reducir las desigualdades sociales.
”Veo, por lo tanto, una relación marcada por convergencias, no por divergencias. Veo a México y a Brasil como grandes aliados, no como rivales”.
¿La reciente sustitución del ministro de Hacienda por un técnico más centrado en el mercado traerá cambios en la orientación de la política social de su país?
La economía brasileña, así como todas las economías emergentes, atraviesa un momento de transición, en el cual aún sufrimos los efectos externos del lento crecimiento mundial, incluso con la reducción de los precios de las commodities . Todos sabemos que la recuperación de la crisis que tuvo comienzo hace años, en el 2008, aún es tenue. En mi segundo gobierno, seguirán teniendo prioridad el desarrollo económico, la generación de empleo, la ampliación del poder de compra de los salarios, el incentivo a la inversión y, sobre todo, la continuidad del proceso de eliminación de la pobreza y de reducción de las desigualdades.
¿Cuáles son las consecuencias de la cercanía de Estados Unidos con Cuba para la región?
Los pronunciamientos de los presidentes Raúl Castro y Barack Obama tienen un significado histórico. Más de 50 años de embargo impusieron enormes sacrificios a la sociedad cubana y no produjeron los resultados que buscaba Estados Unidos. Su declaración tuvo el mérito de reconocer cuán inocua ha sido esa medida. Venció la opción por el diálogo y la búsqueda de una solución negociada, en detrimento de las medidas adoptadas al margen del derecho internacional.
”La normalización de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos transciende en mucho el ámbito bilateral. Ese acercamiento tendrá un impacto fuerte y positivo en toda América Latina”.