Cartagena
El presidente Juan Manuel Santos y el jefe máximo de las FARC, Rodrigo Londoño, alias Timochenko, sellaron este lunes un histórico acuerdo de paz luego de 52 años de guerra en Colombia.
El líder rebelde pidió "perdón a todas las víctimas por todo el dolor que hayamos podido causar", luego firmar los acuerdos en la ciudad de Cartagena.
Según las autoridades, unas ocho millones de personas son víctimas del conflicto colombiano, en el que también actuaron otras guerrillas, paramilitares y agentes del Estado.
Esta guerra dejó 260.000 muertos, 45.000 desaparecidos y 6,9 millones de desplazados.
"Como jefe de Estado de la patria que todos amamos, les doy la bienvenida a la democracia", manifestó Santos, vestido de blanco, como todos los presentes en la ceremonia, entre ellos 15 jefes de Estado y otros 2.500 invitados.
El mandatario colombiano y el líder rebelde rubricaron con un "balígrafo" (una bala reconvertida en bolígrafo) el acuerdo, pactado el 24 de agosto por las partes en La Habana tras casi cuatro años de negociaciones.
Para que entre en vigencia, debe ser aprobado en un plebiscito el próximo domingo.
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"Prefiero un acuerdo imperfecto que salve vidas a una guerra perfecta que siga sembrando muerte y dolor en nuestro país, en nuestras familias", dijo Santos.
En un discurso lleno de alusiones a la reconciliación nacional, Timochenko aseguró que la guerrilla “va hacia la política sin armas”, que es la base del acuerdo.
El máximo líder de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) desde el 2011 agradeció a Santos "su voluntad por construir el acuerdo", y pidió perdón a las víctimas del conflicto.
Regocijo
El secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, destacó que este acuerdo, tras tres intentos fracasos, crea "las condiciones para una paz duradera".
En el escenario también estuvieron presentes el mandatario cubano, Raúl Castro, anfitrión de las conversaciones auspiciadas por Noruega, Venezuela y Chile; el jefe de la diplomacia estadounidense, John Kerry; el rey emérito de España, Juan Carlos, y otros dignatarios.
"Siento un alivio muy grande, como el final de una pesadilla", dijo vía telefónica Ingrid Betancourt, emblemática exrehén de la guerrilla de las FARC.
En Bogotá, cientos de personas asistieron a un "concierto por la paz" en la céntrica plaza de Bolívar, desde donde siguieron la firma en pantalla gigante.
En el marco del proceso de paz con las FARC, la Unión Europea (UE) decidió ayer suspender a esa guerrilla de su lista de grupos terroristas, una medida que estará en vigor durante seis meses desde la firma del acuerdo y se revisará terminado ese plazo.
Aunque la decisión de la UE no implica la retirada definitiva de la organización armada colombiana de esta lista, en la práctica se traduce en la suspensión de las sanciones impuestas a los guerrilleros, como la congelación de activos o la prohibición de poner fondos a su disposición.
El pacto, un texto de 297 páginas que esencialmente busca cambiar "balas por votos", promoviendo el desarme de la guerrilla y su transición a la vida política legal, se firmará con un "balígrafo", un bolígrafo elaborado con balas, una réplica del cual será obsequiado a los visitantes.
La jornada inició con un homenaje a la Fuerza Pública, a quienes Santos agradeció "su sacrificio y su valor".
"Entre todos logramos silenciar los fusiles de la guerra y entre todos construiremos el camino de la paz", dijo el general Jorge Hernando Nieto, director de la Policía, que lanzó un libro de gran formato, con fotografías y 50 crónicas de reconciliación, que será entregado a los visitantes.
En la Iglesia de San Pedro Claver, el cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado del Vaticano y enviado del papa Francisco al acto, encabezaba "una oración por la reconciliación de los colombianos", que iba a replicarse en todos los lugares de culto del país.
Es un "acuerdo muy completo", e implementar lo negociado en reforma agraria, lucha contra el narcotráfico, inclusión de los exguerrilleros en procesos políticos, y aplicación de la justicia transicional, requerirá "mucho liderazgo", estimó el canciller noruego, Borge Brende, en entrevista con la AFP.
El convenio fue ratificado el viernes por las FARC, actualmente con unos 7.000 combatientes, al cabo de una conferencia guerrillera con aval del Gobierno y abierta a la prensa en El Diamante, un paraje del sur del país.
Lo negociado con las FARC es criticado por la oposición liderada por el expresidente Álvaro Uribe, quien ayer acompañó en Cartagena una cadena humana de rechazo a la firma.
Proceso
Para entrar en vigor, el acuerdo debe ser aprobado en un plebiscito convocado para el 2 de octubre, que según las últimas encuestas será favorable al 'Sí'.
Lo negociado con las FARC es fuertemente criticado por la oposición liderada por el expresidente Álvaro Uribe, quien este lunes acompañaba en Cartagena una cadena humana de rechazo a la firma.
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La paz en Colombia no estará completa mientras siga activo el Ejército de Liberación Nacional (ELN), también alzado en armas desde 1964.
Esta guerrilla guevarista y el Gobierno anunciaron en marzo su intención de instalar una mesa formal de diálogos similar a la de las FARC, que aún no se ha concretado ante la reticencia del grupo armado a abandonar el secuestro, condición impuesta por Santos para avanzar en las negociaciones.
El ELN anunció una tregua unilateral, vigente del 30 de setiembre al 5 de octubre, para "facilitar la participación" ciudadana en el plebiscito, "un gesto positivo" según el Gobierno.
Nota del redactor: Esta información fue actualizada a las 8:30 p. m.