El Diamante, Colombia
Optimismo y confianza en la paz marcaron este domingo la conferencia de la guerrilla de las FARC, la cual debe ratificar el acuerdo con el gobierno para poner fin a más de medio siglo de violencia fratricida.
"Todo marcha viento en popa", aseguró Iván Márquez, jefe de la delegación de paz de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en los diálogos con el gobierno de Juan Manuel Santos, que transcurrieron en Cuba desde el 2012.
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Miembros de las FARC llegados de toda Colombia al Caguán, tradicional bastión insurgente en el sureste del país, están llamados a pronunciarse sobre lo negociado para acabar un conflicto que ha dejado unos ocho millones de víctimas, incluidos 260.000 muertos, en enfrentamientos entre guerrillas, paramilitares y agentes del Estado.
"Estamos sintiendo un respaldo muy fuerte a todo el trabajo que hemos realizado en La Habana", afirmó Márquez, visiblemente satisfecho con el encuentro que se realizará hasta el próximo viernes en el remoto paraje El Diamante, en los verdes y calurosos Llanos del Yarí.
A puertas cerradas en un recinto construido con gruesas cañas de bambú para la ocasión, la Décima Conferencia Nacional Guerrillera reúne a 29 miembros del Estado Mayor Central de las FARC, encabezados por su líder máximo Timoleón Jiménez (Timochenko), y unos 200 delegados de las distintas estructuras rebeldes.
Voces de respaldo. "Hasta ahora lo que hemos escuchado es de total apoyo (...) al contenido del acuerdo final", señaló Márquez, alejando el fantasma de la disidencia, que según expertos consultados no será un gran problema entre los 7.000 combatientes que se estima integran las FARC.
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La conferencia analiza "30 tesis" redactadas para explicar a las bases guerrilleras los temas negociados, precisó.
El pacto de La Habana incluye, en 297 páginas, pautas para el desarrollo agrario, soluciones al problema de las drogas ilícitas y participación política de los guerrilleros, así como su desarme y reinserción social, el sistema especial de justicia al que podrán acogerse y su compromiso con reparar a las víctimas.
El acuerdo, que Márquez destacó como "un referente para la solución de conflictos en el mundo", se firmará el 26 de setiembre por Santos y Timochenko en una gran ceremonia frente a líderes internacionales.
"Esto está funcionando. Nos estamos preparando para el evento de Cartagena de Indias", enfatizó el jefe negociador.
La conferencia, por primera vez realizada con aval de las autoridades y abierta a la prensa, también marcará el inicio de la transición de las FARC hacia un movimiento político sin armas.
"Estamos marchando por ese rumbo", enfatizó Márquez.
"Apenas hemos dado los primeros trazos (...), todavía no está plasmado totalmente en el lienzo la visión, la concepción del nuevo movimiento político, el nombre todavía no lo hemos decidido", apuntó, aunque sobre esto último dijo que hay "propuestas" para analizar.
En su pasaje a la vida política legal, las FARC tienen por delante el reto de aterrizar los "maximalismos" típicos de la izquierda y proponer "proyectos específicos", opinó la politóloga Camila Carvajal.
"Se están preparando para eso. No es un proceso que se va a resolver en dos años", dijo esta experta del Centro de Investigación e Investigación Popular (Cinep).
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Las FARC también deberán anunciar en los próximos días sus representantes al Congreso, con voz y sin voto, en los debates que se darán para la implementación del acuerdo, que para hacerse efectivo debe ser aprobado por los colombianos en un plebiscito el 2 de octubre.