Brasilia (AFP). La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, propuso un gran pacto con autoridades de todo el país para mejorar los servicios públicos, y admitió que se precisan "formas más eficaces de combate a la corrupción", en su primer mensaje a la población tras históricas protestas en toda la nación.
"Voy a conversar con los jefes de otros poderes y voy a invitar a los gobiernos y a los alcaldes de las principales ciudades para un gran pacto en torno a la mejoría de los servicios públicos", dijo Rousseff en cadena de radio y televisión.
El pacto de cuatro puntos prevé: 1) un plan nacional de movilidad urbana que privilegie el transporte público; 2) destinar el 100% de los recursos de los royalties del petróleo para la educación (esto debe ser aprobado por el Congreso, ndlr); 3) traer de inmediato a miles de médicos del exterior para ampliar el sistema de salud pública; y 4) recibir a líderes de los manifestaciones pacíficas, de organizaciones juveniles, sindicatos, movimientos de trabajadores y asociaciones populares.
"Precisamos de su energía y creatividad (...) Precisamos oxigenar nuestro sistema político", dijo la mandataria, que señaló su voluntad de contribuir a "una amplia reforma política".
Más de un millón de personas marcharon en 80 ciudades del país el jueves para denunciar el gasto público para la Copa del Mundo y exigir más inversiones en salud, educación y transporte.
Los manifestantes denuncian asimismo la corrupción arraigada en la clase política brasileña.
"Precisamos formas más eficaces de combate a la corrupción", indicó asimismo Rousseff, que ha despedido de su gabinete a siete ministros acusados de irregularidades.
La mayoría de las manifestaciones fueron pacíficas, pero en varias ciudades como Brasilia y Rio, degeneraron en saqueos, actos de vandalismo y enfrentamientos violentos con la policía.
"Una pequeña minoría o puede manchar un movimiento pacífico y democrático", sostuvo la mandataria.
"No podemos convivir con esta violencia que avergüenza a Brasil", señaló.