Caracas. AFP. El regreso a Venezuela y la detención del excandidato presidencial Manuel Rosales abrió interrogantes sobre el efecto que tendrá en la oposición de cara a los comicios legislativos de diciembre, en los que por primera vez podría obtener la mayoría, según analistas.
A menos de dos meses para esas elecciones, [[BEGIN:INLINEREF LNCVID20151016_0011]]Rosales puso fin[[END:INLINEREF]] el jueves a seis años de exilio y volvió a su país a sabiendas de que sería detenido por tener una acusación de enriquecimiento ilícito.
El retorno del dirigente en plena campaña para las elecciones del 6 de diciembre, causó desconcierto por tratarse de una figura prácticamente desaparecida de la escena política.
Ello, pese a que fue fundador de unos de los principales partidos de oposición, Un Nuevo Tiempo, y su candidatura presidencial en el 2006, congregó, por primera vez en torno a una sola figura, a los opositores al chavismo, más unidos por su rechazo al Gobierno que por sus coincidencias ideológicas.
Esa campaña electoral siguió a la debacle sufrida por la oposición en las parlamentarias del 2004, cuando retiró sus candidaturas muy pocos días antes de la elección y perdió toda representación.
Ahora, Rosales sostiene que regresó a Venezuela para apoyar a la oposición rumbo a los comicios –los sondeos le dan una importante ventaja por primera vez en 16 años–, y se dice víctima de persecución política por haber sido durante años el más tenaz contradictor del fallecido mandatario Hugo Chávez (1999-2013).
El analista Carlos Romero estima que “el regreso de Rosales tiene un significado muy importante porque coloca un núcleo de liderazgo en la oposición”. Y descarta que su entrega sea un “acto demagógico en el sentido de ponerse en la onda de los perseguidos”.
Para Eugenio Martínez, experto en márquetin político, el exgobernador del estado Zulia buscaría aprovechar su encarcelamiento para proyectarse dentro de la oposición.