Sao Paulo
Guido Mantega, el poderoso ministro de Hacienda de Brasil durante las presidencias de Lula da Silva y Dilma Rousseff, fue detenido brevemente este jueves en el marco del escándalo de desvíos de fondos públicos de la estatal Petrobras.
La orden de prisión temporal por cinco días contra el exministro, una figura de peso en el Partido de los Trabajadores (PT) fue revocada pocas horas después para permitirle acompañar a su esposa que padece una "enfermedad grave", según un escrito del juez Sergio Moro, que está a cargo de la causa en la petrolera estatal.
Mantega había sido detenido por la mañana en un hospital de Sao Paulo, mientras estaba con su mujer en la antesala de una cirugía, y fue conducido a la sede de la Policía Federal, reportó un fotógrafo de la AFP.
Debía ser traslado a Curitiba (sur), donde se tramita la llamada Operación Lava Jato que investiga los casos de personas involucradas sin fueros privilegiados.
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Mantega es investigado por un pedido que habría realizado en el 2012 al empresario Eike Batista para cancelar deudas de campaña por un total de 5 millones de reales ($2,5 millones al cambio promedio de esa época), precisó el procurador federal Carlos Dos Santos Lima en una rueda de prensa en Curitiba.
Los valores "se canalizaron al exterior a través de un contrato de objeto falso entre la empresa de Batista y empresas de la pareja Santana", añadió en referencia a Joao Santana y su esposa Mónica Moura, reconocidos publicistas del PT.
En los procedimientos del jueves –denominados fase Archivo X de la Lava Jato– se realizaron siete detenciones y fueron movilizados 180 agentes, para cumplir 49 órdenes judiciales en cinco estados brasileños y en el Distrito Federal de Brasilia. El arresto de Mantega era por cinco días, pero podía ser prorrogado.
Mantega fue ministro de Planificación y luego de Hacienda (cartera que engloba las de Economía y Finanzas) de Lula (2003-2010)y hasta fines del 2014 de su sucesora, Rousseff, quien fue destituida este año por el Congreso.
El fiscal Dos Santos Lima detalló que también investigan a un consorcio formado por la constructora Mendes Junior y OSX, de Eike Batista, que fue el hombre más rico de Brasil antes de declararse en bancarrota en el 2013.
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"Ese consorcio ganó licitaciones en Petrobras sin ninguna capacitación para hacer esas construcciones relativas a las plataformas (petroleras) P-67 y P-70. Tenemos claro que hubo corrupción para que esas obras fueran adjudicadas", afirmó.
Según el fiscal, se pagaron sobornos por unos 7,4 millones de reales a un intermediario "que operaba para los intereses del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB)", que fue aliado del PT y al que pertenece el actual presidente Michel Temer.
Replicando el esquema más recurrente de la "Operación Lava Jato", se hallaron indicios de "un movimiento de origen partidario del PT" para transferir 6 millones de reales "a empresas ligadas al exministro José Dirceu", añadió Lima.
Dirceu, el principal ministro del primer gobierno de Lula, fue sentenciado a 23 años de prisión por este caso, después de haber sido condenado por el escándalo del "Mensalao" (compra de votos de legisladores).
Mantega es la última de las figuras del PT alcanzada por la Operación Lava Jato.
La investigación asedia a Lula, luego de que el juez de primera instancia de Curitiba Sergio Moro aceptara el martes una denuncia por corrupción pasiva y lavado de dinero en su contra, y ya condujo a la detención del publicista Santana y del extesorero del partido Joao Vaccari.
El PT denuncia que el caso está politizado y lo ha seleccionado como blanco, pese a que hay otras fuerzas involucradas.
"La bancada de diputados del PT repudia con toda vehemencia, una nueva acción selectiva y abusiva de la investigación 'Lava Jato' (...). Infelizmente, agentes de la fiscalía y de la Policía Federal han cometido abusos gravísimos, que en este caso violan la dignidad y los derechos fundamentales de Mantega y su familia", señaló el PT en un comunicado.
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Mantega, nacido hace 67 años en Italia, fue una figura clave del área económica durante tres de los cuatro mandatos consecutivos del PT.
Asumió la cartera de Planificación en 2003 y un año más tarde pasó a presidir el BNDES (banco de fomento). En 2006 tomó el mando del Ministerio de Hacienda y continuó durante el primer mandato de Rousseff, antes de ser reemplazado por Joaquim Levy al inicio del segundo Gobierno.
Considerada la mayor causa de corrupción de la historia de Brasil, la Fiscalía define la red investigada como un sistema de "empresas que se enriquecían a costa del Estado, directivos de Petrobras que vendían favores, lavadores profesionales de dinero que pagaban sobornos y políticos y partidos que sustentaban directivos de Petrobras y a cambio recibían la mayor parte de los sobornos para enriquecerse y financiar sus campañas".