Ciudad de México
Varias horas después del terremoto de 7,1 grados que remeció el martes el centro de México y dejó al menos 149 muertos en cinco estados, las imágenes se repetían: edificios destruidos, rostros descompuestos por la angustia y cientos de personas trabajando codo a codo con las autoridades para rescatar a quienes quedaron atrapados bajo los escombros.
El movimiento produjo grietas, derrumbes e incendios en comercios, escuelas, hospitales y oficinas de la Ciudad de México. Los comercios cerraron, el tráfico mantenía las avenidas paralizadas y desde sus automóviles la gente escuchaba con preocupación los últimos reportes de daños y fallecidos.
El sismo ocurrió menos de dos semanas después de otro de 8,1 grados de magnitud que dejó más de 90 muertos en el sur del país. También coincidió con el aniversario del terremoto de 1985, el más letal en la historia del país, que dejó unos 10.000 fallecidos solo en la capital. La mañana del martes se realizó un simulacro a nivel nacional para recordar este hecho.
De acuerdo con el Servicio Sismológico Nacional (SSN), el movimiento se produjo a las 1:14 p. m. (12:14 p. m. en Costa Rica), registró una magnitud de 7,1 grados y el epicentro se ubicó a 12 km al sureste de la localidad Axochiapan, en el estado de Morelos . Ocurrió a una profundidad de 57 kilómetros.
Muertes y muertes. Por la noche, el Coordinador Nacional de Protección Civil, Luis Felipe Puente, precisó en su cuenta de Twitter que el número total de fallecidos ascendió a 149 en todo el país: 55 en Morelos, 49 en la Ciudad de México, 32 en Puebla, 10 en el Estado de México y tres en Guerrero.
Mas advirtió de que la cifra puede aumentar dado que se "reportan personas desaparecidas" que se teme estén entre los escombros de decenas de edificios colapsados, sobre todo en la zona sur y el corredor Roma-Condesa, zona chic donde viven numerosos extranjeros.
Según la Alcaldía de Ciudad de México, unos 50 edificios se colapsaron en zonas del centro y sur de la capital, donde, al anochecer, muchas personas observaban con desaliento sus hogares gravemente dañados.
El presidente Enrique Peña Nieto, quien se encontraba fuera de Ciudad de México, regresó a la capital para coordinar las labores de rescate.
"Se ven imágenes de derrumbes, de varios edificios colapsados (...) Tenemos una emergencia en Ciudad de México", dijo poco antes de aterrizar en un aeropuerto militar capitalino.
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Socorristas espontáneos. Con el paso de las horas voluntarios se unieron a las autoridades para ayudar a retirar escombros y buscar víctimas. En el sur de la capital mexicana, tres torres de apartamentos se desplomaron en una misma calle. En los alrededores se observaban civiles removiendo ladrillos y trozos de concreto en carritos de supermercado mientras otros compartían botellas de agua a quienes excavaban.
Carlos Mendoza, de 30 años, ayudó a remover escombros y auxiliar en el rescate de víctimas en uno de los edificios caídos en la colonia Roma. Cubierto de polvo, dijo que llevaba tres horas trabajando y había logrado sacar a dos personas vivas del derrumbe. "Al ver esto, venimos a ayudar. Está fea, muy fea... Es muy triste, alarmante".
"¡Silencio! íParece que alguien grita!", se escuchaba de manera repetida en edificios caídos. Los aplausos y las vivas irrumpían cuando conseguían sacar a un sobreviviente.
"A mí se me abrió el muro de mi departamento, muchos (otros) están destruidos. Aguantó el (terremoto) del 85 y el de hace unos días", expresó Guadalupe García de 68 años, residente y administradora de un edificio cuya pared frontal se vino abajo y quien se refugiará en la casa de sus padres.
Los barrios más afectados se encontarban sin energía eléctrica, interrumpida por las autoridades para evitar posibles explosiones ya que se reportaban fugas de gas natural, que corre a través de tuberías subterráneas.
El aeropuerto internacional de la Ciudad de México suspendió por varias horas sus operaciones, pero anunció la reapertura tras verificar que no se presentaron daños en las pistas.
Después del terremoto, el presidente Peña Nieto ordenó evacuar los hospitales con daños y trasladar a los pacientes a otras unidades médicas.
Las autoridades dispusieron albergues para que pasaran la noche familias que perdieron su casa o registra serios daños estructurales, mientras que otras se preparaban para pernoctar en la calle o ir a casa de familiares.
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Al caerse las comunicaciones por teléfono desde el momento del sismo, la mensajería por Whatsapp se convirtió en la única forma de comunicación en centro del país. Algunas personas que fueron rescatadas de los escombros consiguieron ser localizadas gracias a esa aplicación, de acuerdo con testimonios de rescatistas.
En Morelos, vecino de la capital en la zona sur, las mayores afectaciones se registraron en su capital, Cuernavaca, y en los poblados de Axochiapan, Jojutla y Cuernavaca, donde edificios, casas y construcciones históricas colapsaron.
En Puebla, conocida por sus construcciones de la época colonial, varios templos católicos resultaron afectados e incluso 11 personas "murieron al quedar atrapadas en una iglesia que se derrumbó" en el poblado de Atzala, dijo el secretario de Gobierno, Diódoro Carrasco.